miércoles, 31 de agosto de 2011

Criopreservación, volver a la vida para ir al asilo


Quizá una de las leyendas urbanas globales más famosas es esa que dice que el cadáver de Walt Disney está congelado en una cámara frigorífica donde permanecerá alojado hasta que la medicina avance y pueda volver a la vida. ¿Será verdad? ¿Será mentira? Pues a lo mejor es verdad.

Hoy he leído en la prensa que la denominada Asociación Iberoamericana de Criopreservación tiene intención de construir en la Comunidad de Madrid un laboratorio para conservar cadáveres en cápsulas con nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero hasta que puedan volver a la vida en el futuro gracias a los avances del mundo de la medicina. Y posiblemente será El Escorial el municipio en que se sitúe este centro. Por lo menos, los cadáveres estarán fresquitos bajos los aires puros del monte de Abantos.

A mediodía he estado reflexionando sobre esta cuestión, pero no he llegado a ninguna conclusión final. Para empezar, sería un problema que te congelasen después de morir cuando ya estás viejo, y lo digo porque si tu cuerpo está achacoso, al volver a la vida, lo seguirá estando. “Ay, otra vez este dolor de riñón, y de rodilla, y de cabeza, y de muelas, uy, pero si ya no tengo, que tenía antes de morir una dentadura postiza”, diría el resucitado. Quizá los avances de la medicina ayuden a mejorar estos dolores sobrevenidos, aunque, en cierto momento, sería necesario cambiar la carrocería casi por completo.

Otro problema de volver a la vida sería afrontar las caras que iban a poner los herederos. Primero, no devolverían la herencia ni de casualidad. Segundo, iban a coger al abuelito o quizá tatarabuelito y le iban a mandar de nuevo al asilo. Qué triste, salir de la tumba para acabar en la residencia de ancianos. No sé qué pasaría con Walt Disney si volviera a la vida. A lo mejor pedía a los accionistas que le devolvieran las acciones de su empresa, y estos le mandaban a hacer puñetas. Quién sabe.

Siguiendo con un escenario similar, podría darse el caso de un ciudadano criopreservado que al volver a la vida no le iba a conocer nadie porque podría haber pasado demasiado tiempo. De uno se pueden acordar los hijos, los nietos, quizá los bisnietos y los tataranietos por referencias de fotos y similares, pero más abajo en el árbol genealógico seguro que es más complicado. “Y este abuelo, ¿quién es? Dice que es de la familia, que nació en el año… Ni de coña, es un estafador”, comentarían. 

Está la opción de una criopreservación de alguien joven. Recuerdo la película de Mel Gibson, "Eternamente joven". Al bueno de Mel le congelan allá por los años 40 y no despierta hasta los tiempos contemporáneos. Al volver a la vida, el pobre se da cuenta de que su bella novia se ha convertido en una abuelita. Si no recuerdo mal, tras verla, Mel se acaba convirtiendo también en un abuelito.

También se puede dar el caso de que una empresa de estas que se dedican a la criopreservación vaya a la quiebra, por cierto, algo muy típico de estos tiempos de crisis. En este caso, los cadáveres por los que pagan los familiares, ¿serían un activo de estas compañías para negociar con los acreedores? Y si la quiebra es total y hay liquidación, ¿qué se puede hacer por los cuerpos? No tengo respuesta, a lo mejor la tiene algún banco de inversión.

En fin, hay que vivir.

martes, 30 de agosto de 2011

Adidas, la publicidad, el deporte y las bengalas

Hay un espectacular anuncio que se está emitiendo estos días en la televisión, realizado por Adidas, la famosa compañía de ropa y material deportivo. En la publicidad aparecen figuras del deporte como el futbolista Messi, jugando con la selección argentina, o el baloncestista de la NBA, Derrick Rose. Junto a ellos salen ciclistas, boxeadores, atletas, gimnastas, jugadores de rugby, de fútbol americano... Creo que es bastante espectacular, como suele corresponder a una empresa relacionada con el deporte.



Durante el anuncio, entre medias de varias imágenes que pasan a gran velocidad, aparece un individuo disparando una bengala con una pistola de bengalas (en otra versión del anuncio sale otro individuo encendiendo dos bengalas). Quiero dejar claro desde el principio que ninguno está en un recinto deportivo, da la impresión de que están en una azotea.

Lo que pasa es que, si no recuerdo mal, las bengalas están prohibidas en recintos deportivos, especialmente en el fútbol. Y están prohibidas por los graves sucesos que han provocado en varios países. En España, por ejemplo, en 1992 un niño de 13 años falleció en el estadio de Sarriá, en Barcelona, por el lanzamiento de una bengala desde el otro lado del citado recinto deportivo.

Al mismo tiempo, y esto es una opinión, ¿quienes suelen llevar bengalas a los estadios a pesar de que están prohibidas? Pues los aficionados ultras. La gente normal no lleva bengalas. Además, ¿cuántos incidentes han generado los ultras con el lanzamiento de Bengalas? Incontables, y en todos los países. Asimismo, cada vez que se encienden y se lanzan bengalas, los clubs reciben fuertes sanciones.

En definitiva, vale que no es en un recinto deportivo, pero no me parece de recibo que una empresa que quiere ser abanderada del deporte y el juego limpio muestre el lanzamiento y el encendido de bengalas en un anuncio que ven millones de personas en todo el mundo y con el reclamo de deportistas que son admirados por todos esos aficionados.

sábado, 13 de agosto de 2011

Cameron y las capuchas, Esquilache y las capas largas


Ante las graves revueltas que se están viviendo estos días en Londres y otras ciudades inglesas, el Gobierno del Reino Unido ha empezado a tomar medidas para evitar los altercados. Según he leído en los periódicos de hoy, el primer ministro británico, David Cameron, quiere establecer normas como por ejemplo, obligar a cualquier sospechoso de participar en los incidentes a destaparse la cara en la calle. Es decir, Cameron quiere que la policía pueda obligar a los sospechosos a quitarse la capucha, que es uno de los símbolos adoptados por los participantes en las algaradas. 

Pero Cameron, en su lucha contra las capuchas, no es el primer ministro que quiere acabar con una prenda de ropa. A lo largo de la historia ha habido casos muy populares. Al hacer memoria me ha venido a la cabeza el nombre de Esquilache, ministro principal en España durante el reinado de Carlos III. Si por algo se ha hecho famoso Esquilache, italiano de nombre Leopoldo de Gregorio, es por el Motín de Esquilache, que supuso su salida del país en marzo de 1766 por la presión social contra sus medidas.  

Precisamente, entre las medidas más rechazadas estuvo su decisión de acabar con la utilización de prendas como la capa larga y los sombreros de ala ancha, denominados chambergos. En opinión de Esquilache, estas ropas permitían a los criminales el anonimato y su ocultación ante los delitos. Además, la capa larga facilitaba el esconder armas (desde espadas a cuchillos pasando por las pistolas), sin duda unas ‘herramientas’ muy usadas para cometer delitos y provocar desórdenes públicos. La intención del ministro italiano era que los españoles adoptasen la capa corta, que imposibilitaba la ocultación de armas como las espadas, y el sobrero de tres picos.

Al igual que Esquilache con las capas largas y los chambergos, David Cameron quiere hacer desaparecer en este caso las capuchas. Son siglos distintos pero el objetivo es el mismo: que no se puedan ocultar los rostros.

jueves, 4 de agosto de 2011

Vecin@, fumador/fumadora y cochin@

Cuando era niño, recuerdo que tenía un libro que se titulaba "Cómo empezaron las cosas". Era muy divertido y docente porque hablaba de inventos, descubrimientos y otros avances. Si no recuerdo mal, había un capítulo sobre la higiene y sobre cómo se implantaron servicios cómo el agua corriente. En ese apartado, relataba como, en otros tiempos, la gente tiraba sus desperdicios (de todo tipo), por la ventana. Por suerte, ahora contamos con los cuartos de baño, los servicios de basura...

El otro día, al entrar en el portal de mi casa, vi que el administrador de la comunidad de vecinos había colgado un aviso. En él se pedía a los vecinos ¡que no arrojasen colillas de cigarro por la ventana! Y se advertía sobre los riesgos que dichas acciones podían conllevar.

En ese momento, pensé que era un poco exagerado, ¿quién podía ser tan poco civilizado como para tirar colillas por la ventana? Dos días después, al entrar con el coche en el garaje me detuve esperando a que se abriera la puerta, miré a un lado, volví a fijar la mirada al frente y, en ese momento, una colilla encendida chocó contra el parabrisas del coche. Salí del coche, miré hacia arriba en busca de una ventana de la que podría haber salido la colilla, pero no pude ver a nadie.

¡Será cerd@!

miércoles, 3 de agosto de 2011

Conductores y fumadores

Durante el mes de julio pude ver cómo en las carreteras madrileñas se limpiaban los bordes de hierbas secas, muy peligrosas y propensas para los incendios en verano. Trabajadores con podadoras eléctricas, tractores con segadoras, vehículos de recogida... Lo mismo pude contemplar en carreteras de provincias como Palencia y Valladolid.

Está claro que las administraciones se han dado cuenta del peligro de incendio si cae una colilla de cigarro que algún conductor o conductora pueda tirar por la ventanilla. Anda, ¿qué he dicho? Que algún conductor o conductora pueda tirar por la ventanilla. O sea, que tanto trabajo y gasto en limpieza de carreteras tiene como objetivo el evitar estos incendios que provocan los fumadores que tiran las colillas de cigarrillos por la ventana.

¿Habría que prohibir fumar en los coches? No creo que haya que ir tan lejos, aunque quizá, en más de una ocasión, la guardia civil de tráfico debería revisar los ceniceros de los coches de conductores que fuesen sorprendidos fumando. Si tienen el cenicero con colillas, adelante, ningún problema. Ha fumado pero las colillas no han sido arrojadas por la ventanilla. Pero, si el cenicero está vacío, la cosa cambia. Quizá podría plantearse una multa si no es capaz de demostrar que lo ha limpiado en un sitio apto para esa tarea.

lunes, 1 de agosto de 2011

Bebés, prohibido el paso por motivos de tranquilidad

No me lo creía, pero parece verdad. En mi estancia en los Picos de Europa me comentaron que, en las proximidades de San Vicente de la Barquera, bonita localidad costera cántabra, había un hotel en el que no se admitían bebés. El hotel Pájaro Amarillo. Por curiosidad me metí en su página web y, en el apartado de tarifas dejaba claro que "por motivos de tranquilidad, no se admiten bebés y niños menores de 10 años".

A lo mejor es que alguien ha pirateado la página web porque, al mismo tiempo, este establecimiento hostelero permite la admisión y perros y gatos. Qué cachondos.

Si son verdad estas premisas fuera del mundo online sólo se me ocurre que, por una vez, me gustaría ser el padre de la gran familia y presentarme allí con 14, 15 o 16 hijos y, claro, alquilar medio hotel, o el hotel entero. A ver si, con una tropa de niños se atrevían a decir que no se admiten bebés y menores de 10 años. Y con la que está cayendo por culpa de la crisis, que les salvabas las cuentas del verano, más en un verano como el actual en el que no deja de llover en el norte.