sábado, 24 de marzo de 2012

La silla del capitán reta al hombre en la pugna por el placer de las mujeres


Estoy sobrecogido. Según he leído en diversos periódicos online, un informe de la Universidad de Indiana, en EE UU, señala que las mujeres pueden conseguir placer sexual y orgasmos a través de la gimnasia y el ejercicio físico. Y es que actividades de gimnasio como las abdominales, trepar por una cuerda y hacer pesas ayudan a alcanzar ese objetivo de placer. Al parecer, el punto culminante es la conocido como silla del capitán. Es la meta del placer total.

Con estas indicaciones, los hombres ya no vamos a servir para nada. Mejor dicho, ya somos una inutilidad absoluta, en la cuestión del placer.

Claro que, a lo mejor es una promoción encubierta que están haciendo los gimnasios para captar nuevos clientes, en este caso clientas.

De todas maneras, lo mejor de la noticia son los comentarios de los lectores y lectoras.

“Pues no es ninguna novedad. Yo tuve una amiga que tenía orgasmos montando a caballo. Uno cada media hora, o así. Obviamente, en lugar de ir al cine o a bailar prefería ir a montar”.

“Ahora se vendera la silla del capitán a grandes cantidades, y así ya las mujeres no necesitarán a nadie”.

“Cuando voy al gimnasio acabo agotada, que me expliquen de lo del orgasmo”.

“Me voy a poner como loca a hacer abdominales”.

“Espero que este artículo sea verdad, es para no matar al entrenador del gimnasio al que va mi mujer”.

 

viernes, 23 de marzo de 2012

Freddy Krueger me espera en la puerta de la guardería


Hay momentos del día que son casi de película de miedo. No me voy a referir al telediario, un clásico ya del cine de terror.

Hay un momento del día que da mucho miedo que no es otro que el instante en que dejas a tu nene en la guardería. Dejas al chaval y junto a ti, hay otras madres o padres que están hablando sobre sus respectivos nenes o nenas y comentan situaciones como “ha pasado una mala noche”, “tenía fiebre y le dolía el estómago, “no podía respirar porque tiene muchos mocos, tiene un catarro”…

Al escuchar la palabra moco, empiezo a temblar y visualizo esos chorros, a veces líquido, a veces más denso, que salen de las narices de los nenes. Y me acuerdo de Alien, de Jason, de Freddy Krueger, del presentador del telediario. Cerraría los ojos, me cubriría los oídos, me protegería la cabeza, pero no, los mocos siguen ahí, inasequibles al desaliento, cada día más fuertes y rebeldes.

Supongo que cuando otros padres y madres me escuchan a mí en la puerta de la guardería, también se acuerdan de Freddy Krueger.

martes, 20 de marzo de 2012

El mejor reloj, el que logre detener el tiempo


He leído en la prensa de hoy que un equipo de científicos, bajo el paraguas del Instituto Tecnológico de Georgia en EE UU, está desarrollando el que va a ser reloj más preciso del mundo. De hecho, puede llegar a ser cien veces más exacto que los relojes más modernos creados hasta ahora. Su margen de imprecisión será de una décima de segundo por cada 14.000 millones de años. Al parecer, este ingenio se utilizará en diversas vías de comunicación confidenciales y para el análisis de las teorías de la física.

Una décima de segundo por cada 14.000 millones de años, una décima de segundo por cada 14.000 millones de años, una décima de segundo por cada 14.000 millones de años… nadie de los presentes en este mundo va vivir tanto. Aunque, queda claro que este reloj va a dejar por los suelos a la tradicional industria suiza de los relojes, famosa por la exactitud de sus máquinas.

De todas maneras, al volver la mirada hacia el pasado, recuerdo que en la literatura ha habido siempre algunos paradigmas que se han repetido a través de los tiempos: el amor, la muerte, el paso del tiempo… En este punto, me atrevo a decir que el mejor reloj que quizá alguna vez se invente será aquel que logre que el tiempo vaya hacia atrás o, al menos, que se detenga. Aunque sólo sea para respirar un instante y mirar con tranquilidad a nuestro alrededor. No obstante, admito que esta invención no está a nuestro alcance.

lunes, 19 de marzo de 2012

American Dad y el exceso de sátira

Esta tarde-noche he estado viendo un episodio de la serie de dibujos animados American Dad, que se caracteriza por la sátira corrosiva y la crítica. Prefiero Los Simpsons pero, a ratos...

El caso es que en el episodio de hoy, al protagonista, que es un agente de la CIA, se le olvidaba el aniversario de su matrimonio con su mujer. Para evitar enfados, el protagonista se presenta en su casa y le dice a su mujer "mira quien traigo, Whitney Houston". Y sí, aparece el personaje animado de la recientemente fallecida cantante estadounidense caracterizada como una drogadicta. Su primer comentario es "quiero un pico" y empieza a cantar con una voz que patinaba. Al final, Whitney Houston caía desplomada.

A partir de aquí, que cada cual saque sus propias conclusiones. Sólo diré que a veces se puede correr el peligro de caer en el exceso de sátira.

domingo, 18 de marzo de 2012

Quien a inyección mata, a inyección muere

Conozco un padre de familia, muy próximo a mí, que la pasada semana tuvo que vacunar a su hijo de 15 meses. Era una triple vacuna, con triple inyección. Este buen amigo, según me decía, se pasó los días anteriores bromeando con su nene: "cómo te van a poner el pompis", "ahora ríe, que ya verás luego", "como te portes mal te llevo con el practicante para que te pinche en el culete". Menos mal que el nene todavía es muy joven y no entiende estas amenazas.

Resulta que este domingo, a mi querido amiguete le ha dado un tirón en la espalda, y ha sufrido una contractura en las lumbares. Este buen hombre ha ido al médico y, según me ha contado de manera compungida, han tenido que ponerle una inyección... Donde la espalda pierde su nombre.

Así, el refrán cobra vida más que nunca, "quien a hierro mata, a hierro muere". Seguro que el joven de 15 meses se está partiendo de risa en su cuna, ja ja ja ja

sábado, 17 de marzo de 2012

Abundio no tuvo más remedio que vender el coche para pagar la gasolina

Esta tarde he llenado el depósito de gasolina de mi coche. No me he llevado ninguna sorpresa, pero al pagar, he sido, de nuevo, plenamente consciente de los precios de los combustibles. Por suerte, hoy he podido pagar. Pero si esto sigue así, el próximo día voy a tener que ir al banco a pedir un préstamo personal para pagar la gasolina.

Claro que, las entidades financieras no pasan tampoco por su mejor momento. No es descartable, por tanto, que tuviera que hacer una emisión de bonos para hacer estos pagos. La duda que tengo es que no sé qué tipo de interés tendré que ofrecer para atraer a los inversores. Me imagino que tendrá que ser superior al que ofrece el Tesoro español en su deuda. Supongo que mi rating no podrá ser superior al del propio Estado, y la triple A de otros tiempos, qué lejos queda ya.

Tras estas profundas reflexiones sobre la evolución de las finanzas y el imparable incremento del precio de las gasolinas, debo destacar que ese viejo dicho de la sabiduría popular que decía algo así como "eres más tonto que Abundio, que vendió el coche para comprar la gasolina" cobra más sentido que nunca, pero en sentido inverso; seguro que el pobre Abundio no tuvo más remedio que vender su coche para pagar la gasolina.

domingo, 11 de marzo de 2012

La fregoneta encuentra plaza de aparcamiento

La fregoneta siempre encuentra sitio, incluso en los accesos a las urgencias de los hospitales (en este caso al Gregorio Marañón de Madrid). A ver quién es el guapo que le dice al conductor que retire su vehículo de esta singular plaza de aparcamiento, reservada para él. 



¿Fútbol o toros?

Esta tarde he entrado en un bar. Mi intención era tomar un refresco. Momentáneamente, he mirado la televisión, que estaba encendida. Pese a ser domingo por la tarde, no había fútbol. El programa era todavía más sorprendente, estaban emitiendo ¡toros! Sí, una corrida de toros.

Por un momento, recordé ese debate nacional de hace muchos años: ¿fútbol o toros? Es verdad, era un auténtico debate, que en los últimos años se inclinó en favor del fútbol.

Recuerdo unas viñetas de humor de hace muchos años en el periódico. En la primera, se veía a dos hombres discutir, uno en favor del fútbol, otro en favor de los toros. En la viñeta siguiente, una tía buena escultural pasaba junto a ellos y ambos quedaban en un silencio marcado por la admiración. En la viñeta siguiente, los dos hombres estaban sentados en unas gradas junto a una piscina en la que se veía que la chica era nadadora. Y ambos señores estaban más que satisfechos con su nueva afición.