La historia ya ha reservado un sitio de relevancia a Tony Leblanc. Y es que, si Yuri Gagarin fue el primer cosmonauta ruso, y Alan Shepard y John Glenn fueron los primeros astronautas estadounidenses, Leblanc fue el primer astronauta español. Ni López Alegría ni Pedro Duque.
Gracias a un científico que enseñó a Werner Von Braum, y a los técnicos de la SANA, que robaron unos cuantos cables durante una visita a la base estadounidense de seguimiento espacial de Fresnedillas, Leblanc hizo un vuelo orbital a principios de los años 70 del siglo pasado, partiendo desde la base de Minglanillas. No aterrizó en la luna, pero sí en un lugar muy parecido: la provincia de Almería.
El primer ser vivo que se encontró fue una avispa, y pocos instantes después coincidió con el séptimo de caballería de un spaghetti western que se estaba rodando en la citada provincia de Andalucía Oriental. "¿Pero cómo han llegado ustedes aquí?", creo recordar que comentó el gran Tony Leblanc.
Ahora, seguro que donde esté, Tony Leblanc tendrá una mejor vista de la luna y el sol.
sábado, 24 de noviembre de 2012
domingo, 18 de noviembre de 2012
¿Cómo están ustedes? Con Miliki, bieeeeeeeeennnn
Miliki, el gran Miliki, ha fallecido este domingo. Una
pérdida irreparable. Inolvidable. Sin duda, toda una figura nacional con todas
las letras. Gaby, Fofó y Miliki, los tres hermanos, y luego Fofito, y luego
Milikito y luego Rody... Seguro que en España hay pocas personas que conciten
tanto cariño entre el conjunto de los españoles. Y en Argentina, Cuba,
Venezuela…
“¿Cómo están ustedeeeees? Bieeeeeennnn” Poco más se puede comentar.
En Madrid, posiblemente, una de las estatuas más sentidas
por mucha gente es la que hay en el Parque de Atracciones en honor a Fofó, por
cierto, mi vecino y tío (al igual que sus hermanos) de un buen amigo. Hace unos
años, después de una larga ausencia, volví al Parque de Atracciones a una
presentación, creo recordar que de Google y su Android. Pero antes de su
comienzo, me detuve junto a Fofó y recordé.
Ahora, entre la vorágine de recuerdos de los Payasos de la
Tele me viene a la memoria una de sus aventuras en la que, al final de la
misma, había una explosión (o similar, perdón por la niebla de los recuerdos),
y todos acababan en el cielo. Ahora, Gaby, Fofó y Miliki estarán en el cielo, seguro
que actuando. Y con Pompoff, Thedy, Zampabollos, Nabucodonosorcito… Menudo
equipo.
lunes, 5 de noviembre de 2012
Un comercial de un taller en búsqueda de clientes
Volvía a casa esta tarde en el coche y, a la altura de la calle de Alcalá, he tenido que detenerme en un semáforo que acababa de ponerse en rojo. Apenas un instante después se ha parado junto a mí otro vehículo, era llamativo, con una publicidad de un taller de coches de "chapa y pintura".
No habían pasado ni cinco segundos cuando, con el semáforo todavía en rojo, este vehículo arrancó y siguió circulando. Sin duda era un buen conductor, muy hábil, porque ha esquivado muy bien a los coches que iban y venían.
Solo se me ocurre que, en lugar de ser un mecánico, el conductor era un comercial buscando clientes para el taller de chapa y pintura.
No habían pasado ni cinco segundos cuando, con el semáforo todavía en rojo, este vehículo arrancó y siguió circulando. Sin duda era un buen conductor, muy hábil, porque ha esquivado muy bien a los coches que iban y venían.
Solo se me ocurre que, en lugar de ser un mecánico, el conductor era un comercial buscando clientes para el taller de chapa y pintura.
domingo, 4 de noviembre de 2012
Los esqueletos no tienen pilila
La pasada semana me llegó una noticia sobre una exposición
de arte que en una galería de Madrid. No es mi área de trabajo pero el título me llamo la atención: “Calaveras que
copulan”. No era para menos. Además de una explicación sobre la profundidad de esta obra, había
una foto sobre la muestra en la que apareceían dos calaveras mirándose de la
misma manera en que se observan dos enamorados: con cariño, deseo y placer.
Sin entrar a valorar esta obra de arte, más que nada porque no tengo ningún
conocimiento para hacerlo, al leer la noticia me vino a la memoria una vieja canción de Siniestro
Total, ese gran grupo gallego: “Los esqueletos no tienen pilila”.
Aunque en tiempos escuché unas cuantas veces esta canción,
que estaba en el LP “El regreso”, no me acuerdo totalmente de la letra. No
obstante, con un ritmo de rock and roll decía algo así “Soy estudiante de
medicina, y en la facultad me he dado cuenta de una gran realidad, los esqueletos
no tienen pilila, no tienen pilila”, y acababa recordando que las momias sí
tenían.
Al final, pese a esta desventaja corporal para los
esqueletos, las calaveras han logrado terminar copulando, al menos gracias a este nuevo arte.
A los maniquíes les queda la ropa siempre bien
Salir a comprar ropa siempre es una actividad con su
particular emoción. En estos difíciles tiempos, diría incluso que es una
suerte. Pero una vez en faena, no es fácil. A veces o no nos gusta nada o nos
gustan demasiadas cosas. Y cuadrar gustos visuales con realidades sobre si es
la ropa adecuada no es nada fácil.
Yo me llevo chascos terribles. Veo una determinada prenda expuesta
en un maniquí y pienso, “qué chaqueta, qué abrigo, qué jersey o qué camisa”.
Luego, al ver la prenda en cuestión sucede muchas veces qué no es tan
fantástica como parecía o, lo que es peor, al ponérmela y verme en el espejo
del probador pienso muchas veces “me queda de asco, dónde voy con esto”. Es
una decepción, a los maniquíes les queda siempre la ropa bien.
Otras profundas reflexiones
Además, unas tiendas son más confortables que otras. No me
gustan nada esas tiendas en las que entras y cuando todavía no te ha dado
tiempo a mirar nada y sale alguien, mujer u hombre, y rápidamente te dicen “¿desea
algo?”. No sabes qué decir, bueno sí, la respuesta típica es “estoy solo
mirando”. A continuación te puedes encontrar con una mirada amable o con una
mirada de esas que dicen “pues venga, ahueca el ala, lárgate que no queremos
aquí muertos de hambre que nos soban la ropa”.
Otras veces la gran pelea es con las tallas. Yo casi nunca me acuerdo de mi talla, pero lo que es peor, estas cambian en función de la tienda o de si es un tipo de ropa u otra. Es complicadísimo acertar.
También surgen problemas cuando te tienen que tomar medidas para realizar algún ajuste en prendas como pantalones, abrigos o chaquetas. Tiene un peligro tremendo porque se corre el riesgo de que las mangas o las perneras queden cortas. Lo de ir con pantalones pesqueros era una moda de otros tiempos pretéritos entre los pijos y pijas (y pijazos y pijazas) de Madrid y alrededores.
Si hay una frase que no me gusta nada es esa que te dicen muchas veces los dependientes tras comprar algo, “¿quiere alguna cosita más?”. Todo son “cositas”, ni que fuéramos niños pequeños o que fueran objetos del tamaño de unos pendientes o unos anillos.
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