martes, 7 de mayo de 2013

Highway to the insurer

Circulaba este mediodía por una de las autovías del norte de Madrid, mientras escuchaba una emisora de música. En esos momentos sonaba la canción "Highway to hell" de los ACDC. Avancé unos metros y tras una subida vi unos coches accidentados, con sus conductores tomando nota para un parte al seguro.

La vida, a veces...

domingo, 5 de mayo de 2013

Una maqueta de trenes, más divertida que una videoconsola

Este sábado fui al Museo del Ferrocarril de Madrid. Está situada en la vieja estación de Delicias y es totalmente recomendable. Las viejas locomotoras de vapor rememoran los tiempos en que su humo asomaba por los paisajes de España y otros países.

Además, hay locomotoras eléctricas y de diésel, vagones y otra maquinaria vinculada a los trenes. Algunas son muy antiguas y otras las conocimos en nuestra infancia. Sí, en cierta forma ya empezamos a formar parte de los museos.

Aunque, si hay algo que me encantó del museo, al igual que muchos de los visitantes, fueron las maravillosas maquetas ferroviarias. Entre ellas destacan una realizada por los zapadores ferroviarias y otra del conjunto ferroviario Irún-Hendaya. Sinceramente, dan ganas de ponerse a jugar. Trenes que van y vienen, que cruzan puentes, que atraviesan túneles, que pasan por ciudades...

Muchos soñaríamos con tener una maqueta de estas en casa. No todo van a ser consolas de videojuegos. El responsable del museo sugirió que, para tener una, podríamos picar en la pared del vecino y así tener sitio suficiente para colocarlas.

De niño me encantaba el scalextric y alguna vez que otra soñé con tener un circuito permanente, colocado en una plataforma que hubiera estado situada en el techo, moviéndose de arriba a abajo a través de unas poleas. No era fácil, claro. A lo mejor esa sería la forma de tener en casa, en la actualidad, mi propia maqueta ferroviaria. Ahora bien, no creo que me otorguen el permiso necesario para colocarla en el salón de casa, probablemente porque tendríamos que salirnos a la calle.

De todas maneras, no sería nada fácil instalarla. Al mismo tiempo, tendría que aprobar el estudio de maquinista e ingeniero ferroviario, porque no es nada fácil el manejo y mantenimiento de la maqueta.

Hay juguetes que son siempre un sueño. En cualquier caso, recomiendo visitar el Museo del Ferrocarril, un viaje al pasado para soñar.




sábado, 4 de mayo de 2013

¿Teletransporte? Donde esté una buena novela

Siempre que he tenido que hacer algún largo viaje he dicho lo mismo: "ojalá que alguien hubiera inventado ya el teletransporte de Star Trek para llegar a casa rápidamente". Seguro que muchos comparten mi visión.

Sin duda, el escenario cambia cuando en uno de estos desplazamientos cogemos con energía, ilusión e interés una buena novela. Y es que, muchas veces, qué rabia provoca el concluir un viaje y que no haya dado tiempo a terminar un libro. Siempre se puede acabar en casa pero, no es lo mismo. A mí me ha sucedido esto durante esta misma semana.

Con estos mimbres, cambia totalmente la perspectiva cuando nos preguntan por un viajes. Si hemos estado entretenidos y el tiempo de desplazamiento ha finalizado antes de lo esperado, al menos en nuestra sensación personal, la respuesta siempre será mas positiva.

A lo mejor, para mejorar la percepción de los clientes viajeros, las agencias de viajes deberían de promocionar la lectura facilitando el acceso de los turistas a novelas de mayor interés. En definitiva, no tendrían que descartar la creación de un departamento de lectura, si se mejora el boca a boca entre los clientes.

Volviendo al teletransporte, pobres capitán Kirk y señor Spock, con tanta rapidez nunca pudieron leer una buena novela.


miércoles, 1 de mayo de 2013

"No quiero ir a la cama todavía"

Mi nene ha empezado a plantearme pugnas personales. Acaba de dejar muy claro que no tiene ningunas ganas de irse a dormir. Así, pese a qué ya había llegado su hora de dormir, ha afirmado rotundamente "no quiero ir a la cama todavía". Ha protestado bastante.

Ya empiezan las pugnas. Después me dirá que no quiere volver a casa hasta las doce, luego será hasta la una, como todos sus amigos, después hasta las cuatro de la mañana y finalmente que quien soy yo para decir nada de a qué hora hay que volver a casa.

Eso sí, esta pugna la he ganado totalmente. El nene está en la cama y, pese a sus reiteradas protestas, está en la puerta del rumbo hacia los sueños.