Me voy a pronunciar con claridad. Como abonado número 12.000
y pico del Atlético de Madrid, creo que hay que jugar la final de la Copa del
Rey contra el Madrid al Santiago Bernabéu. Hay que ir a Chamartín, sin duda
alguna.
Pero, sobre todo, por motivos sentimentales. Soy un
romántico. En el Bernabéu hemos ganado casi siempre. Hemos ganado al propio
Real Madrid tres veces, dos de ellas al equipo que lideraba Alfredo Di Stéfano,
y la última, en un partido memorable en 1992, con los golazos de Schuster y
Futre, dos de nuestros inolvidables estandartes. Además, en Chamartín
derrotamos a equipos como Valencia, Zaragoza y Athletic de Bilbao.
De esta manera, se homenajearía, por ejemplo, a los citados
Schuster y Futre. Los atléticos que están vivos no me pueden negar que el gol
del portugués es uno de los goles más emocionantes que han visto. Recuerdo que
en la celebración del centenario, 11 años después de la final contra el Real
Madrid, se ofrecieron por los marcadores del Vicente Calderón diversos goles
históricos y cuando se emitió el gol de Futre, el grito de “goooool”, resonó en
el graderío del Manzanares.
Pero, además, homenajearíamos a los grandes Collar, Peiró,
Mendoça, Rivilla, Calleja, Griffa, Ramiro, Jones, Adelardo… que nos dieron las
victorias en 1960 y 1961. Los goles de Peiró, el galgo del Metropolitano, y el
tanto de Mendoça nos dieron el triunfo en 1960 contra el Madrid, superando los
tantos de Di Stéfano y Puskas. Vaya equipazo que teníamos. Esa escuadra merecía la Copa de Europa (con la normativa de hoy en día la habríamos conseguido). Un año antes, los
goles del citado Peiró, Collar y Jones habían batido al Madrid, donde únicamente
marcó Pancho Puskas.
De igual forma recordaríamos al recientemente fallecido
Cardona, que con su gol nos dio la final de Copa del 65 contra el Zaragoza, o
qué decir de la victoria contra el citado equipo maño en 1976, también en
Chamartín, en la que José Eulogio Gárate nos dio la victoria. Si no recuerdo
mal, fue el último gol de Gárate, para la mayoría de los atléticos, el mejor
jugador de nuestra historia.
En 1972 volvimos al Bernabéu para derrotar al Valencia de la
mano de Ufarte, Adelardo, Irureta, Gárate… uno de los mejores equipos del
mundo.
En el 1985, vencimos al Athletic de Bilbao en Chamartín con
los goles de… el innombrable. Qué bien jugaba aquel equipo que dirigía Luis.
Sentaron cátedra contra el equipo de moda de aquellos tiempos, el Athletic
bicampeón de Clemente.
Y en el 91, derrotamos con gran sufrimiento al Mallorca, con
el gol de Alfredo, todo un luchador. Me quedé sin voz aquel día en el fondo
norte del Bernabéu. Al final, Alfredo marcó en los últimos minutos y nos
quedamos con la Copa. Un poco más y me da un infarto, lo admito. Pero, qué noche
la de aquel día.
De verdad, hay que ir a Chamartín. En cuanto salimos de
allí, las pasamos canutas. Salvo la victoria en Zaragoza contra el Barça con el
gol de Milinko Pantic, casi todo lo demás son derrotas. En Sevilla contra el
Valencia, en Valencia contra el Español de Barcelona, en Barcelona contra el
Sevilla o en Zaragoza contra la Real Sociedad salimos escaldados.
Pero si es que acabo de leer que la única final de Copa que
perdimos contra el Madrid fue en el Vicente Calderón, y en los penalties.
Vista la trayectoria, sólo en el Bernabéu tenemos
posibilidades de ganar. Y no soy supersticioso. De jugar en su casa, si ganamos
lo celebramos allí, y si perdemos, nos vamos tranquilamente y hasta otra. Si
jugamos en el Calderón y perdiéramos, todavía tendríamos que ver como celebran
el triunfo en nuestra casa.
En cualquier caso, insisto, soy un romántico.
Ps: Pero qué tontería es de que se puede jugar la final en
Barcelona, en el Nou Camp. Pero quién es el listo que se le ha ocurrido.
Ganaría la industria del transporte por los traslados, Iberia, Renfe, Alsa… y
la industria de la hostelería de Barcelona. Dejaríamos tiesos a los bares de
Madrid, en un derby así sería una lástima, que las cosas están muy mal.
Y además, para los atléticos recalcitrantes, si se juega en
el Bernabéu habría entradas prácticamente para casi todos los abonados y para
alguno más.