lunes, 10 de febrero de 2014

Montoro, mira la tele por la tarde que se puede recaudar

He estado esta tarde viendo un poco la tele, más bien, zapeando un poco. En esto que he caído en uno de los canales de cine de la TDT. Era una película que parecía ambientada en la edad media porque llevaban unas espadas y ropajes que parecían de la época. Aunque también podía ser de la época de Conan el Bárbaro o El Señor de las Bestias.

Esperé unos instantes y en una de las escenas apareció un actor bastante conocido, aunque ahora no me sale el nombre. Entre otros papeles ha sido el malo de James Bond en Goldeneye, uno de los guerreros del Señor de los anillos y un terrorista del IRA en una película de Harrison Ford. En la escena estaba con los brazos atados, aunque no se le veía mucho más. Pero de pronto, uno de los hombres dio una orden a gritos y varios caballos que estaban a ambos lados del preso empezaron a galopar.

Indescriptible. El preso, destrozado, porque estaba encadenado a los citados caballos. Brazos por lado, piernas por el otro. La cabeza no se ha visto. Pero mejor no imaginar. Una escena fenomenal para el horario de la infancia. Bueno, de la infancia, la adolescencia, la juventud, la senectud, la tercera edad... Menuda asquerosidad.

Recuerdo en un tebeo de Asterix que a uno intentaban matarlo de esa manera los romanos. Pero como el reo había tomado la poción mágica de Panoramix, los pobres caballos ejecutores eran incapaces de cumplir su misión de verdugos. Y se salvaba.

El preso de la película de esta tarde no había podido tomar la pócima mágica de Panoramix. Ni los sufridos espectadores de la televisión tampoco, como servidor. En cuanto un telespectador se sale de Calliou, Peppa Pig, Pocoyo y Dora la Exploradora, se la juega.

Creo recordar que en otros tiempos, en la televisión se avisaba de que una imagen podía ser dura y herir la sensibilidad del espectador. Hace algunos días, el Ministerio de Industria multaba a algunas televisiones por emitir programas no apropiados en horario de la infancia. Estoy seguro de que la película de esta tarde, por la misma vía, podía dar unas perras a Montoro para cuadrar las cuentas publicas. Y con un descuento fiscal para lis que estábamos viendo este largometraje.

domingo, 9 de febrero de 2014

The Beatles in the parking

Hace pocos días, aparqué mi coche en un parking del centro de Madrid. Muy limpio, aseado e iluminado. Incluso contaba con hilo musical. Me llamó la atención, y casi sin darme cuenta, bueno no, mentira, me di bastante cuenta, empecé a tararear la canción. Eran los Beatles.

No siempre se escucha a un grupo así en un lugar público, un día por la mañana, en medio de la jornada laboral. En pleno tarareo, pensé "esta canción es, es, es, ¡Drive my car!". Sin duda, una canción muy propia para un parking. Aunque sea en Madrid y no en Liverpool.

Hay otras canciones que podrían ser válidas para un parking: Cadillac Solitario, Working on the highway, Hacer el amor en un Sinca 1.000, Highway to hell, Tengo un tractor amarillo, Somos Siniestro Total, La música suena en mi coche... Una banda sonora de gran velocidad.