lunes, 23 de marzo de 2015

Café de Perú, cerca de Quito


Pasaba esta mañana junto a un café, un Starbucks, para ser más exacto. De lo mejor. Junto a la puerta, un amable empleado me ofreció una tacita de café, en su caso, un vasito de cartón, típico de esta conocida cadena de cafeterías.

"¿Un café?", me ofreció, "es nuevo, viene de Perú", añadió.

"¿De Perú?", pregunté amablemente.

"Sí, de Perú, cerca de Quito", precisó, con simpatía.

"Muy rico este café peruano. Muchas gracias, muy amable", dije.

"Muchas gracias", y nos despedimos.

La geografía fue siempre una asignatura complicada, no hay que ser exigentes en demasía.

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