sábado, 4 de septiembre de 2021

Los Rolling Stones en el Vicente Calderón

 Post escrito en ADN Rojiblanco 

Cuando el pasado domingo entré en el Metropolitano, por los altavoces sonaba Born to Run, de Bruce Springsteen, bonita canción, con un título que refleja bien a nuestro Atleti. 

Unos minutos después, entre otras canciones, me pareció escuchar Honky Tonk Woman, de los Rolling Stones. Estaba en plena conversación y no presté mucha atención, pero, sin duda, fue buena elección, especialmente, tras el fallecimiento, unos días antes de Charlie Watts. 

Watts no fue un extremo que haya corrido por la banda del Calderón, ni centrocampista box to box, ni delantero centro, pero su toque de batería sí se escuchó en el viejo estadio del Manzanares, en los grandes conciertos de los Rolling Stones, contribuyendo al delirio rockero de sus satánicas majestades. 

No recuerdo bien si Jagger, Richards, Watts y compañía han tocado tres o cuatro veces en el Calderón. La primera fue a principios de los 80, seguro que algún adenista estuvo en aquel legendario concierto, bajo un diluvio en Madrid. Yo no fui, porque tenía menos de 10 años. En los 90 volvieron y me hubiera gustado ir, pero no tenía un duro.  Tuve que esperar. 

Definitivamente, fui al concierto de los Rolling Stones en el Vicente Calderón en 2007 con uno de mis mejores amigos. Entonces ya tenía unos años, pero la música fui insuperable, y rejuvenecimos desde el primer instante con Start me up. Creo que el momento estelar llegó con la separación de una parte del escenario, que empezó a desplazarse hacia el centro del campo, con Jagger, Richards, Watts y Ronnie Wood, al ritmo provocador de Miss you, si la memoria no me falla. 

No fue con Futre, Ayala, Gárate, Simeone, Forlán o Fernando Torres, pero el Vicente Calderón vibró aquella noche como en las grandes citas. Charlie Watts sacudió el Manzanares con su batería. Desgraciadamente no podrá hacer lo mismo en el Metropolitano, pero lo bueno de la música es que permanece, y más con los Rolling, sospechosos habituales en el Paseo de los Melancólicos.