Pese a los años transcurridos desde la llegada del euro, todavía son muchos quienes reconocen que todavía traducen a pesetas las cantidades a pagar en trasferencias o hacen cálculos sobre los precios de los distintos productos y servicios.
Yo, hoy, voy a apostar justo por lo contrario. Ojalá el euro dure y perdure, porque, ¡Qué difícil es hacer el cambio mental de pesetas a euros!
Esta mañana estaba haciendo una serie de cálculos sobre operaciones corporativas que tuvieron lugar en los años noventa del siglo pasado, y no había manera de saber, por ejemplo, cuantos euros eran 1,3 billones de pesetas, o 320.000 millones de pesetas, o 130.000 millones de pesetas.
No se qué puede suceder si en el futuro el euro se desintegra y hay que volver a la peseta. Probablemente habrá una crisis económica y financiera mucho más grave que la que estamos sufriendo en este momento pero, además, tendremos que volver a aprender a contar con una moneda nueva.
Claro que, muy posiblemente tendremos menos dinero así que será más fácil contar.
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