sábado, 13 de febrero de 2010

"No tenemos cambio", "Qué mala suerte"

Como se han perdido las formas. Qué vida esta. En la mañana de este martes me dirigí al centro de la ciudad en coche para acudir a una reunión. Me venía bien ir en mi vehículo en lugar de usar el transporte público. Al llegar al lugar en cuestión, en la zona del Paseo de la Castellana de Madrid, aparqué sin mucho problema. Al ser una zona azul de pago, había opciones para dejar el coche.

Hasta ahí nada reseñable. El problema llegó cuando, al acudir al parquímetro para comprar el ticket, me di cuenta de que no tenía dinero suelto. "¡Vaya, qué mala suerte!", pensé. Para resolver el entuerto me dirigí a un bar a pedir cambio. "No tenemos, lo siento", me dijeron. Busqué otro y "tampoco tenemos", afirmaron. Y caminé hacia un tercero, "no tenemos moneditas", comentaron. Empecé a ponerme nervioso porque pensé que podía aparecer un vigilante de los parkings y adjudicarme una multa.

"Vaya, vaya, vaya", pensé con rapidez. Miré a dos personas que acababan de pagar y dije, "¿me pone un descafeinado de máquina?, por favor". Y el camarero de las moneditas me contestó, "sí, ahora mismo". Me puso mi consumición y le dije, "¿se cobra?"; "sí, sí". Le di mi billete de 20 euros, se fue a la caja registradora, y me devolvió en el clásico platito de plástico 18 euros y 80 céntimos, incluyendo una moneda de dos euros, una moneda de un euro, una moneda de 50 céntimos, una moneda de 20 céntimos y una moneda de 10 céntimos.

Me tomé el descafeinado, salí a la calle, adquirí mi ticket de zona azul y me dirigí a mi cita. Sólo siento haber llegado un poquito tarde.

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