Volvía a casa esta tarde en el coche y, a la altura de la calle de Alcalá, he tenido que detenerme en un semáforo que acababa de ponerse en rojo. Apenas un instante después se ha parado junto a mí otro vehículo, era llamativo, con una publicidad de un taller de coches de "chapa y pintura".
No habían pasado ni cinco segundos cuando, con el semáforo todavía en rojo, este vehículo arrancó y siguió circulando. Sin duda era un buen conductor, muy hábil, porque ha esquivado muy bien a los coches que iban y venían.
Solo se me ocurre que, en lugar de ser un mecánico, el conductor era un comercial buscando clientes para el taller de chapa y pintura.
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