Me cuentan fuentes muy fiables que la fauna en el parque Juan Carlos I, situado al este de Madrid, es cada vez más variada y salvaje. Según explican, esta misma tarde, mientras visitaban el parque y contemplaban los estanques artificiales, han podido ver como ¡un cormorán! se sumergía en el agua para pescar.
Y lo lograba. Al parecer, el pez era un poco grande y al pobre cormorán le ha costado tragar su comida. Aunque al final ha podido saciarse y salir volando.
Con este descubrimiento queda claro que, aunque en Madrid no haya mar, puede haber especies animales dignas de mares y océanos. Es más, vista la proliferación de peces en estos estanques es muy posible que Madrid se convierta en un destino para estas aves.
Una consideración es que tendrán que competir con los restaurantes chinos de la capital de España, de los que históricamente se ha dicho que sus responsables acudían al estanque de la Casa de Campo a pescar carpas para hacer la sopa de aleta de tiburón.
De igual forma, en las asignaturas de primaria y la ESO en las que se estudien las especies de la fauna madrileña deberán ampliarse los contenidos para dar cabida a los cormoranes. Nuestros estudiantes están en su derecho.
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