viernes, 26 de abril de 2013

Diez euritos de propina tras el sofocón

Esta tarde he tenido que ir a un sitio en las proximidades de Madrid con mi coche. Uno de esos sitios, junto a una autovía, que si te equivocas en la entrada acabas dando más vueltas que una peonza. Ni que decir tiene que me he equivocado una primera vez, y una segunda, y casi una tercera, y entre medias atascos por allí, retenciones por aquí y hasta algún semáforo en rojo.

El problema es que tenía que llegar a las cinco de la tarde en punto y con tantos incidentes imprevistos no había manera de ser puntual. "Cagúen en la...., me c...., m...., coj....", sí, lo admito, he despotricado bastante, fruto de la tensión.

Al final, por suerte, llegué a tiempo. A la salida, al entrar en el coche, vi un papel en el suelo, junto a la rueda delantera, que me llamó la atención. Sí, era un billete de diez euros. Diez euretes de propina, para compensar el estrés y los disgustos.

Mejor de 10 euros que de 500 euros, que hay que evitar problemas con el fisco.

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