Mi nene ha empezado a plantearme pugnas personales. Acaba de dejar muy claro que no tiene ningunas ganas de irse a dormir. Así, pese a qué ya había llegado su hora de dormir, ha afirmado rotundamente "no quiero ir a la cama todavía". Ha protestado bastante.
Ya empiezan las pugnas. Después me dirá que no quiere volver a casa hasta las doce, luego será hasta la una, como todos sus amigos, después hasta las cuatro de la mañana y finalmente que quien soy yo para decir nada de a qué hora hay que volver a casa.
Eso sí, esta pugna la he ganado totalmente. El nene está en la cama y, pese a sus reiteradas protestas, está en la puerta del rumbo hacia los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario