sábado, 21 de agosto de 2010

¡Crisis de valores en Suecia!, je je je

Esta tarde he leído una noticia que me ha dejado patidifuso. Al parecer, los aficionados del equipo de fútbol del AIK Estocolmo de Suecia apedrearon y tiraron botellas contra el autobús del Levski Sofía búlgaro. Los hechos tuvieron lugar al término del partido disputado entre ambos equipos, correspondiente a la tercera ronda de la Europa League que concluyó con empate a cero.

Según la noticia, los incidentes tuvieron lugar tras el encuentro y obligaron a la policía a intervenir. Aún así, no pudieron evitar los destrozos en el autobús, que sufrió la rotura de sus lunas, ni que diversos miembros de la expedición búlgara sufrieran heridas leves, entre ellos el propio presidente del Levski Sofía, Todor Batko, que fue alcanzado por un botellazo (también fueron alcanzados el masajista y, al menos, dos jugadores).

El directivo criticó con dureza los hechos a los que llegó a calificar de escándalo. "Suecia es un país civilizado y situaciones como ésta son completamente inadmisibles. He estado en muchos países y nunca he visto nada parecido a esto. He informado al delegado del partido de que probablemente presentaremos una gran protesta ante la UEFA", afirmó.

Tengo que reconocer que he tenido que leer la noticia dos veces. La primera vez creí que era al revés, que los incidentes habían tenido lugar en Bulgaria contra el autobús del equipo de Estocolmo. "Estos búlgaros, menudos", pensé. Además, esta misma mañana he visto las imágenes de una tangana tremenda en un partido de baloncesto entre la selección de Grecia y la de Serbia, y claro, los he metido a todos en el mismo saco.

Pero no, era correcto. Los apedreados han sido los pobres búlgaros. De hecho, los angelitos del AIK ya provocaron diversos altercados en un partido reciente contra sus vecinos del Rosenborg noruego.

¡Cómo está el mundo! Antes pensábamos que ir a los países nórdicos era sinónimo de tranquilidad, que era la cuna de la civilización y no, el futbol vuelve locos a unos cuantos. Los pobres búlgaros, que seguro que tenían previsto pasar unos días sosegados en Suecia, han tenido que salir corriendo para evitar peligros para su integridad física. El próximo partido del AIK, a puerta cerrada; o en un estadio a 500 kilómetros de distancia, a jugar al círculo polar ártico.

¡Crisis de valores en Suecia!, je je je.

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