El vuelo de venida también tuvo ratos divertidos, además de la tensión previa a la localización definitiva de la puerta de embarque que ya narré en el anterior post. En el asiento de mi izquierda en el vuelo de Madrid a Frankfurt se sentó una chica próxima a los 40. Muy educada y amable. Iniciamos la típica conversación de esas que se mantienen en los aviones con personas desconocidas. Yo le conté mi aventura hasta encontrar la puerta de embarque (que lo lamentó mucho), después me preguntó que de dónde era, a dónde me dirigía...
Yo hice lo mismo. "Soy colombiana y voy a Frankfurt", me dijo. Pensé que sería de turismo y le pregunté "es la primera vez que vas", y me respondió "no, no, vivo en Alemania. Vengo de Colombia de operarme", y va y se mira las tetas, y se sonríe toda feliz.
Tras medio segundo sin habla sólo pude decir, "la verdad es que en Alemania se vive bien"; y me respondió, "sí, mejor que en Colombia". Del resto de la conversación apenas me acuerdo.
Otra gran sonrisa en mi cara. La verdad, que es agradable conocer gente.A veces.
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