sábado, 13 de agosto de 2011

Cameron y las capuchas, Esquilache y las capas largas


Ante las graves revueltas que se están viviendo estos días en Londres y otras ciudades inglesas, el Gobierno del Reino Unido ha empezado a tomar medidas para evitar los altercados. Según he leído en los periódicos de hoy, el primer ministro británico, David Cameron, quiere establecer normas como por ejemplo, obligar a cualquier sospechoso de participar en los incidentes a destaparse la cara en la calle. Es decir, Cameron quiere que la policía pueda obligar a los sospechosos a quitarse la capucha, que es uno de los símbolos adoptados por los participantes en las algaradas. 

Pero Cameron, en su lucha contra las capuchas, no es el primer ministro que quiere acabar con una prenda de ropa. A lo largo de la historia ha habido casos muy populares. Al hacer memoria me ha venido a la cabeza el nombre de Esquilache, ministro principal en España durante el reinado de Carlos III. Si por algo se ha hecho famoso Esquilache, italiano de nombre Leopoldo de Gregorio, es por el Motín de Esquilache, que supuso su salida del país en marzo de 1766 por la presión social contra sus medidas.  

Precisamente, entre las medidas más rechazadas estuvo su decisión de acabar con la utilización de prendas como la capa larga y los sombreros de ala ancha, denominados chambergos. En opinión de Esquilache, estas ropas permitían a los criminales el anonimato y su ocultación ante los delitos. Además, la capa larga facilitaba el esconder armas (desde espadas a cuchillos pasando por las pistolas), sin duda unas ‘herramientas’ muy usadas para cometer delitos y provocar desórdenes públicos. La intención del ministro italiano era que los españoles adoptasen la capa corta, que imposibilitaba la ocultación de armas como las espadas, y el sobrero de tres picos.

Al igual que Esquilache con las capas largas y los chambergos, David Cameron quiere hacer desaparecer en este caso las capuchas. Son siglos distintos pero el objetivo es el mismo: que no se puedan ocultar los rostros.

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