lunes, 11 de marzo de 2013

La picaresca no siempre gana

En el comienzo de la gran película El Tigre de Chamberí, José Luis Ozores y Tony Leblanc tratan de colarse en el estadio Santiago Bernabéu con la intención de ver el debut del nuevo fichaje brasileño del Real Madrid. Leblanc empuja una silla de ruedas en la que va sentado Ozores y, ante los porteros del estadio y con cara de pena, aseguran que han olvidado las entradas.

En la tarde-noche de este domingo, según entraba en el estadio Vicente Calderón, los porteros abrían los tornos de entrada e invitaban amablamente a salir a un hombre (de poco pelo y prominente barba). Como estaban junto a mí, pude escuchar parte de la conversación, "el abono que usted portaba es infantil y, por ese motivo, es personal e intransferible".

Sin comentarios. Este buen hombre ha debido coger el abono del hijo, del sobrino o del hijo del vecino y ha dicho, me voy a pasar la tarde al Vicente Calderón. Desconozco de qué manera, pero le han pillado. La picaresca no ha triunfado por esta vez. No hay muchos niños calvos y con barba.

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