jueves, 15 de octubre de 2009

¡Vaya zombies más desagradables!

Que gran fiesta la Zombie Walk de Sitges. Es, sin duda, una de las grandes celebraciones de la localidad barcelonesa al calor de su festival de cine fantástico y de terror; y lo es porque periódicos de tirada nacional dedican un gran espacio a este sangriento espectáculo.

Pues bien, el pasado sábado fui testigo de este singular desfile. No voy a exagerar apenas. Imaginad a 800 o 1.200 elementos y elementas disfrazados y maquillados como si fueran zombies recién salidos de las tumbas desfilando por el paseo marítimo. Como una nueva versión del vídeo de la canción de Thriller de Michael Jackson, pero multitudinaria. Esqueletos andantes, enfermeras asesinas teñidas de sangre, psicópatas con motosierras, víctimas resucitadas con un cuchillo clavado en la cabeza, exorcistas, zombies del Barça (que recibieron notables aplausos; aunque creo que al ser Sitges y ser unos tipejos salidos de ultratumba deberían de haber ido disfrazados del Real Madrid), hombres con una cabeza humana en la mano, simuladores de amputaciones, otros con piernas de niños, o con manos amputadas... y la gran mayoría lanzando gritos de sustos al público como “Uh”, “Ah” o “Arggg”.

Algunos, para completar la escena y vivirla con más emoción caminaban con una litrona o un vaso de calimocho (supongo) en la mano. Otra, para lograr que esta tradición se extienda por la familia, llevaba a su niña, de entre un año y medio y dos años, recostada en su carrito. Si la cría es normal, no ha debido dormir en cuatro días. Como son las leyes. Se prohíbe llevar a los niños a una corrida de toros, y a la fiesta de homenaje a los crímenes sangrientos del cine, bebés en carritos, niños/as disfrazados de apuñaladores y acuchilladores, monstruos caníbales, de Jack el Destripador, de Jason y Freddie Kruger...

Como en todas estas fiestas, siempre hay que mirar las partes positivas. Para la industria del disfraz, es un día grande, con 1.000 o 2.000 personajes disfrazados, menuda celebración. Para los fabricantes de mercromina, otro tanto. Seguro que han duplicado los pedidos para toda la provincia de Barcelona. Para Aguas de Barcelona, un clarísimo aumento del consumo por las inacabables duchas que se tuvieron que dar algunos para quitarse el maquillaje, ¿o algunos no estaban disfrazados? Y por supuesto para la industria del ocio porque, al parecer, después del desfile, los zombies se corrieron una juergaza en beneficio de los productores de garrafón.

Seguro que el año que viene se llega a 3.000 zombies.

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