domingo, 23 de octubre de 2011

Sex in the city y la sanidad pública universal


Este fin de semana he visto algunos capítulos de la serie Sex in the city (en España traducida como Sexo en Nueva York). En el citado episodio, una de las protagonistas, Miranda, se pone enferma en plena calle, básicamente, sufre unos súbitos y fuertes problemas de mareos y equilibrio. La pobrecilla no podía casi ni ver y, además, casi es atropellada por un coche en la calle.

Finalmente logra llegar al hospital, donde logran descubrir el origen de sus males. Poco después, cuando se reúne con otra de las protagonistas, Carrie, que acude al hospital para ayudar, Miranda le cuenta que todo le ha costado 500 dólares (al cambio actual unos 360 euros). Al ver esta escena me vino a la mente el tan traído debate sobre la sanidad pública universal y las alusiones a su no existencia plena en EE UU.

Desde luego, en España, aún con sus problemas, podemos presumir de tener una sanidad pública universal. Si nos ponemos enfermos un día y, si lo necesitamos, podemos a acudir al médico, al ambulatorio, al hospital, llamar al Samur (servicio de emergencias que existe en Madrid)…

No seré yo quien de ideas para configurar planes sobre el recorte de derechos o prestaciones médicas, algo que está muy de moda en estos tiempos a causa de la crisis. Ni mucho menos, aunque sí voy a plantear una idea que ya flota en diversos ambientes, por lo menos para que reflexionen sobre ella quienes creen que todos estos servicios son gratis, que no lo son, por supuesto. Yo creo que al término de cada consulta o servicio médico, el hospital podría expedir una factura, sin efectos económicos sobre el bolsillo del usuario, por lo menos para que el ciudadano supiese, de verdad, los auténticos costes de ese servicio (creo que algún sitio han empezado a hacerlo). Así habría una concienciación de lo que valen ciertas prestaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario