viernes, 4 de noviembre de 2011

Alto riesgo en el fútbol, más policías que aficionados

En el mundo del fútbol se ha implantado en los últimos tiempos una normativa por la que se pueden catalogar algunos partidos de fútbol como de “alto riesgo”. Suelen ser encuentros entre equipos de gran rivalidad con aficiones que pueden tener algún tipo de enemistad. Está claro que, en ocasiones, es necesario. La cuestión es saber dónde está el límite porque, en algunos casos, se puede hacer un ridículo manifiesto. Así, por ejemplo, la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte declaró de “alto riesgo” el partido que este jueves jugaron en el estadio Vicente Calderón (Madrid) el Atlético de Madrid y el Udinese de Italia. Antes de nada, confieso que acudí al estadio y fui testigo en primera línea.

Y para empezar, tengo que decir que al partido fueron cuatro gatos. Según señala la prensa deportiva hubo entre 15.000 y 20.000 espectadores. La fría y lluviosa noche madrileña unido a que el partido se retransmitía por televisión y al claro efecto de la crisis hicieron que muchos posibles espectadores de quedaran en casa. Del equipo italiano hubo cerca de 1.500 aficionados quienes, en ningún momento, provocaron altercado alguno. Los pobres aplaudieron a su equipo pese a la goleada recibida.

Claro, tanto a la entrada como a la salida la imagen era casi de broma. Decenas de furgonetas de la policía nacional con decenas de agentes, y algunos a caballo, se situaban en las proximidades del estadio. Por momentos, parecía que había más policías que espectadores. ¡Qué peligro! ¡Qué riesgo más alto! Los que fuimos al estadio entramos con tranquilidad y salimos con tranquilidad, y por supuesto con mucha seguridad, creo que el Vicente Calderón era ayer el lugar más seguro de España.

Dentro del estadio, a la conclusión, unas cuantas decenas de guardias-jurado salieron al terreno de juego a la conclusión del partido. Y eran unos cuantos. Claramente, habrían evitado cualquier situación de peligro. No obstante, la imagen era similar a la de fuera del estadio. Parecía que había más guardias-jurado que espectadores; de hecho, muchos asistentes ya se habían marchado por culpa del frío y porque, supongo, querían llegar antes a casa porque había que trabajar.

Ante esta situación, me gustaría saber por qué se estableció de alto riesgo este partido donde estábamos tres y el de la guitarra. No es por nada, pero ese despliegue policial para vigilar a la nada debió de tener un coste altísimo, sólo en dietas y horas extra de los agentes de la policía, que al fin y al cabo sólo cumplen órdenes. No está la tesorería de las administraciones y de los equipos para estos dispendios. Pero, bueno, al fin y al cabo ayer nos pudimos sentir seguros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario