Esta mañana, al dirigirme al trabajo he pasado junto a una oficina de los servicios de desempleo, desgraciadamente unos lugares muy transitados en España hoy en día. Justo en el momento en el que me acercaba a la puerta vi salir a una pareja de jóvenes treintañeros. No me hubiera llamado mucho la atención de no ser por el pedazo de morreo que se dieron a continuación.
¡Vaya besazo con lengua incluida! ¡De película casi erótica! Y nada más salir del antiguo INEM. ¿Sería amor? ¿Pasión? ¿Ardor? No me atrevo a dar una respuesta porque, pasé de largo, y el largo beso continuó. Tampoco era plan de convertirme en un mirón a la luz de este soleado día.
En cualquier caso, y aunque solo sea por una vez excepcional, desafortunado en el empleo, afortunado en el amor y en la pasión. No iba a ser todo malo.
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