viernes, 11 de noviembre de 2011

Crisis en la industria de las flores, crisis en el amor

Hace poco más de un año abrió una tienda de flores enfrente de mi casa. Era una bonita novedad para el barrio. Sin embargo, esta misma mañana me he dado cuenta de que ha cerrado. Un gran cartel de "se alquila", con las clásicas letras rojas de este tipo de enunciados, aparece en la parte alta de la luna del escaparate. Me da la impresión de que la crisis ha acabado con esta tienda, una más de los cientos de miles que han cerrado en estos difíciles tiempos.

Pero, cuando una floristería cierra es porque, probablemente, no se estén vendiendo flores. Con la crisis, muy pocos son los que compran flores. Y si no se compran flores, no se regalan flores. Asimismo, regalar flores es un símbolo de cariño y aprecio. Por ejemplo, se regalan ramos a los enfermos que están ingresados en los hospitales.

Por supuesto, regalar flores es también, claramente, un símbolo de amor. Si no se regalan flores porque estamos en crisis, uno de los afectados directamente es el amor. La consecuencia final no es otra que si hay crisis en las flores, hay crisis en el amor, ¿no?

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