miércoles, 11 de febrero de 2009

La tormenta en Francia y la crisis

Me había propuesto no hablar de la crisis. Pero a veces es imposible no hablar de ella. Incluso diría que es irresistible. Y hasta hoy, pese a las preocupaciones, he podido rebatirla con el mejor humor posible. Antes de cualquier chanza habría que recordar a quienes difícilmente pueden bromear. Animo.

Hoy han vuelto las réplicas del terremoto económico y financiero. Durante un rato, asomarse al ordenador proporcionaba auténticos temblores. Miles de despidos en General Motors y Royal Bank of Scotland, nuevas quiebras y bancarrotas, plan de rescate en EE UU, debate en el Congreso de los Diputados, un pueblo de Sevilla donde toda la población está en paro... De pronto, y de forma casi convulsiva, decidí levantar la cabeza de la pantalla, girarme y asomarme por la ventana. Me levanté para mirar por ella. Anda, ¡si había sol en Madrid!, y el cielo estaba azul. Se puede decir que era algo sorprendente después de tantas semanas de lluvias, nubes y nieve.

En esas circunstancias, y durante unos minutos, se me olvidó la crisis, ¿qué crisis? El cielo estaba despejado, hacía menos frío, la gente paseaba por la Gran Vía madrileña, entraban en las tiendas. Dentro de poco, vendrá la primavera. Y con lo que ha llovido, será florida. La vida fluía. Que bonito, que bonito, que bonito. Se acabó la depresión... económica, claro está, por supuesto.

Hasta que, por obligaciones laborales, volví a sentarme, agaché la cabeza y miré la pantalla. Bloomberg, CNN, WSJ, Yahoo Finance... madre mía, que crisis, la que hay montada. Bueno, no es una fórmula para solucionar la crisis, pero siempre se podrá levantar la cabeza y mirar el cielo, esté nublado o soleado, para creer, aunque sea durante unos minutos que todo va bien. Ordenador, crisis; cielo, esplendor; ordenador, depresión; sol, momentos boyantes; ordenador, me dan ganas de salir corriendoooooooooo.

Por cierto, he escrito unas cuantas líneas y no he justificado el título, je je je. Cuando estaba en medio de las malas noticias, despidos, cierres, refinanciaciones de deuda, inyecciones de capital de urgencia y demás componentes de este tétrico ranking, leí “La tormenta se recrudece en Francia”. ¿Qué habrá pasado?, me pregunté. Y mientras la página web de la noticia se abría, pensaba, ¿habrán quebrado BNP y Societe? ¿Cerrará Renault? ¿O despedirá a la mitad de la plantilla? ¿Se habrá hundido la Bolsa de París?, y en esto se abrió. Era sólo la tormenta meteorológica que azota a Centroeuropa. Inundaciones, fuertes vientos, miles de hogares sin luz. Pues no es para tanto, no eran tan malas noticias, y respiré hondo, la crisis sí que es mala, me dije (era una broma sobre la presión mediática de la crisis, con una sola víctima ya será terrible y sin solución para ella).


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