Me había propuesto no hablar de la crisis. Pero a veces es imposible no hablar de ella. Incluso diría que es irresistible. Y hasta hoy, pese a las preocupaciones, he podido rebatirla con el mejor humor posible. Antes de cualquier chanza habría que recordar a quienes difícilmente pueden bromear. Animo.
Hoy han vuelto las réplicas del terremoto económico y financiero. Durante un rato, asomarse al ordenador proporcionaba auténticos temblores. Miles de despidos en General Motors y Royal Bank of Scotland, nuevas quiebras y bancarrotas, plan de rescate en EE UU, debate en el Congreso de los Diputados, un pueblo de Sevilla donde toda la población está en paro... De pronto, y de forma casi convulsiva, decidí levantar la cabeza de la pantalla, girarme y asomarme por la ventana. Me levanté para mirar por ella. Anda, ¡si había sol en Madrid!, y el cielo estaba azul. Se puede decir que era algo sorprendente después de tantas semanas de lluvias, nubes y nieve.
En esas circunstancias, y durante unos minutos, se me olvidó la crisis, ¿qué crisis? El cielo estaba despejado, hacía menos frío, la gente paseaba por
Hasta que, por obligaciones laborales, volví a sentarme, agaché la cabeza y miré la pantalla. Bloomberg, CNN, WSJ, Yahoo Finance... madre mía, que crisis, la que hay montada. Bueno, no es una fórmula para solucionar la crisis, pero siempre se podrá levantar la cabeza y mirar el cielo, esté nublado o soleado, para creer, aunque sea durante unos minutos que todo va bien. Ordenador, crisis; cielo, esplendor; ordenador, depresión; sol, momentos boyantes; ordenador, me dan ganas de salir corriendoooooooooo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario