A lo mejor ya he contado en alguna ocasión algo similar. Circulaba esta mañana en el metro para dirigirme a una cuestión personal. Tenía en la cabeza diversos problemas y preocupaciones. De pronto, ha pasado a mi lado un mendigo, de cerca de setenta años, con dos piernas ortopédicas y con muletas, pidiendo con un vaso de plástico en el que recogía las monedas. Mis problemas se acabaron en ese momento.
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