domingo, 26 de junio de 2011

Botijo, hoy se te echa de menos

Está claro que en Madrid el agua es de buena calidad. A lo largo del año es un placer abrir el grifo, llenar el vaso y beberlo en tres o cuatro o cinco tragos. Además, y sin ser chauvinista castizo madrileño, somos la envidia de muchos. En Zaragoza, por ejemplo, está muy mala. No hay quien la beba. También está muy mala en todo el Levante español. En Barcelona o en Alicante, por poner dos ejemplos, hay que ir a la tienda y comprar botellas de agua mineral para beber en casa.

Aunque, no todo es perfecto. El agua de Madrid tiene una pega: el verano. No es que esté mala el agua del grifo, es que está muy caliente. En días como hoy ¡ardiendo!

Y yo me pregunto ¿por qué el Canal de Isabel II no inventa algo para que el agua esté fresquita en verano? No tengo ni idea, por ejemplo, ¿aire acondicionado en las tuberías?

De todas maneras, siempre está la opción de llenar una botella con agua y meterla en la nevera, al menos en la época veraniega. Si bien, y volviendo a inventos más clásicos, también se puede recurrir a los botijos. Ya no tenemos botijos en casa como en otros tiempos, pero en días como ayer, hoy y mañana, maniatados por la nube de polvo sahariana, se les echa de menos, con sus tres rayitas, de la marca Adidas.

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