Esta mañana he visto un anunció de promoción televisiva de
una serie de dibujos animados llamada Dinotren. En esta serie, unos simpáticos
dinosaurios viajan en un tren y van visitando diferentes lugares y conociendo
otros dinosaurios. El programa vuelve a mejorar la imagen de estos animales
que, pese a su ferocidad y crueldad, son vistos por los niños y los mayores como
unas mascotas animadas, simpáticas y amables.
Probablemente, uno de los dinosaurios más dulces de la
historia ha sido Dino, la mascota de Pedro Picapiedra. Durante mucho tiempo, a
mi me hubiese gustado tener en casa mi propio Dino, pero no pudo ser. También en
Toy Story uno de los personajes es un dinosaurio que tiene problemas para jugar
a los videojuegos por sus pequeñas manos.
Otros dinosaurios con un buen cartel fueron piecito y sus
amigos, protagonistas de En busca del Valle Perdido, aunque en esta película
había también algún dinosaurio de los antipáticos.
Claro, la verdadera imagen de los dinosaurios la dio Steven
Spielberg en Parque Jurásico, cuando sacó a estos animales del corral en el que
los tenía escondidos. Qué miedo daban, entre otros, el velociraptor y el tyrannosaurus rex. Recuerdo
la imagen en la que este último se come a uno de los personajes que, para más
inri, estaba sentado en la taza del wáter. Por lo que he leído, el tyrannosaurus fue
un superdepredador que convertía a los leones y tigres en simples mininos
capados. El velociraptor, a su vez, parecía listísimo y según se veía en la
película de Spielberg, cazaba en manada. Y no digamos nada sobre el pterosaurio, un dinosaurio volador que se llevaba a sus presas al nido
para dárselas a sus crías de aperitivo.
Recuerdo también haber visto de niño una
vieja película, de la que no recuerdo el nombre, en que un dinosaurio, al
menos, sembraba el terror en un entorno muy parecido al del oeste americano. De
hecho, cuando empecé a ver la película pensaba que era un western. Sin embargo,
admito que lo pasé mal, menudo terror, no había forma de matarlo.
Aún así, y a pesar de esta ferocidad, los
dinosaurios mejoraron su imagen en los medios de comunicación y en el cine. Son
amables y queridos por lo niños. Parece que siempre han contado con buenos
asesores de imagen, responsables de marketing y directores de comunicación.
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