jueves, 17 de diciembre de 2009

El hielo es agua, de veras

Una bonita escena invernal. El pasado martes, día en que hacía un frío terrible en Madrid, caminaba por una calle cercana a mi casa, en una zona en la que se ha instalado un bonito mercadillo navideño. Uno de esos que cuentan con entrañables luces y decoraciones. Y, como he dicho, hacía un frío congelador. Pues sí, iba andando por la acera cuando, delante de mí, aparece una señora o señorita procedente de uno de los puestos con un cubo en la mano. Me quedé mirando y pensé, "¿que irá a hacer?". No habían pasado ni dos segundos cuando esta cívica persona inclinó el cubo con rapidez y arrojó todo el agua que llecaba dentro sobre la acera.

Sí, ¡sobre la acera! ¿Nadie le ha explicado a esta señora o señorita que el agua se congela con el frío?. ¿Y que si se congela sobre la acera, alguien que camine por ella se puede resbalar y partirse la crisma?

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