jueves, 19 de marzo de 2009

Solución para salir de la crisis III

Según cuentan los libros de historia, en tiempos pasados se crearon unos premios para las familias que tuvieran muchos hijos. El objetivo era impulsar el crecimiento de la natalidad. Quizá sea la hora de volver a recurrir a algunas de estas viejas técnicas para favorecer el crecimiento económico. ¿Y cómo se podría hacer? Pues creando unos premios para los mayores consumistas. Y con varias categorías si hiciera falta.

Por ejemplo, habría que crear una primera categoría para el hombre o mujer que más compras hiciera en efectivo a lo largo de un año. Se distribuiría entre la población una tarjeta electrónica. El consumidor iría recogiendo puntos en función de las compras hechas en todas las tiendas, que contarían con un dispositivo similar al que tienen para las tarjetas electrónicas. Para estimular estas ventas, por ejemplo, se debería decretar que esas compras fueran totalmente libres de impuestos de tal manera que la gente gastara con total libertad los fajos de billetes de 500 euros que tienen debajo del colchón, del ladrillo o en la caja fuerte instalada detrás del viejo retrato de los abuelos. No creo que sea una idea tan mala. Sería una amnistía fiscal para favorecer directamente en el consumo.

Otra categoría correspondería a los consumidores que usen las tarjetas de crédito. Que compraran tranquilamente y gastaran a discreción, y al final de año, que el Ministerio de Economía y Hacienda se encargara de hacer un ranking nacional. Además, valdrían todas la tarjetas, Visa, Mastercard, American Express... Además, con voluntad política, para que el impulso al consumo fuera máximo, debería dar igual que la tarjeta tuviera fondos o no. Si no tuviera fondos, no sucedería nada. Los bancos y cajas harían unos apuntitos contables y si posteriormente, estuviera en peligro su balance, se les ayudaría con un plan de rescate. Todo por salvar la economía nacional.

Y ojo los que no gastasen. A los últimos de la clasificación, habría que imponerles una penalización. Dura si fuera necesario. ¡Si usted decide no comprar, aténgase a las consecuencias!

Insisto, sería una buena iniciativa. Los premios, además de incluir una buena recompensa económica, serían entregados en una gala retransmitida por la televisión, en horario de máxima audiencia. Como los Oscar y los Goya.

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