Homenaje sincero a los potitos

Muchos adultos son reacios a probar la comida de los bebés. No les gusta. Quizá conceden a los potitos el mismo rango que esos purés que comían en el colegio y del que guardan malos recuerdos. Yo estoy en total desacuerdo. Considero que los potitos son una maravilla, están buenísimos y sólo abrirlos es un auténtico placer, desprenden un olor sabroso.

Los bebés no se pueden quejar del menú. La lista de potitos es amplísima: pollo con arroz y verduras, guiso de lentejas, menestra de verduras con pavo, pollo con verduras de la huerta, cocido con ternera, potaje de garbanzos, lentejas con verduritas, guiso de pollo, verduras del Mediterráneo con pollo, paella de verduritas tiernas y pollo, verduras de la huerta con pavo y pasta, pollo con verduritas, guisantes tiernos con jamón cocido extra, verduritas con merluza, ternera a la jardinera, merluza con arroz, crema de verduras con rape, cazuela de merluza a la marinera, lenguado con crema bechamel…

Y eso por no hablar de los potitos de frutas para meriendas o postres. Plátano, mandarina y pera williams (uno de mis favoritos), melocotón de la huerta y plátano, piña tropical y plátano, compota de manzana golden, manzana, melocotón con cereales, macedonia de frutas con cereales, multifrutas con galletas maría, frutas selectas con toque de miel, plátano, mango y galletas maría, uva naranja y plátano…

Con estos amplios menús, debo reconocer que ir a comprar potitos es un rato muy agradable. Admito que muchos días no sé cual escoger. Me llevaría todos. Claro, es un problema porque teniendo un BB no es plan de llevarse 30 potitos porque el nene tiene una capacidad limitada y no se come ocho al día, pobrecillo.

En este sentido, y para concluir, reconozco que me encanta probar los potitos. Pero, tengo un problema. No puedo catar demasiada cantidad porque a mi nene le encanta comérselos. Hay días que es un devorón. Y abrir un potito para mí, me parece un abuso, al fin y al cabo es su comida.