domingo, 22 de abril de 2012

Los donuts, tan cerca y tan lejos

Los donuts han vuelto con fuerza en su 50 aniversario. Las televisiones están reproduciendo con asiduidad en estos días un anuncio sobre los donuts tradicionales. En la publicidad, unos veteranos operarios vuelven a la fábrica donde se producen estos ya legendarios bollos con el objetivo de volver a la receta clásica que todos los consumidores añoran. Al final, las clásicas camionetas amarillas vuelven a las calles a distribuir los donuts tradicionales, acompañadas del lema "Anda, los donuts".




Tengo que reconocer los donuts son una maravilla. Qué bollos tan esponjosos y dulces. Si es que, hasta da gusto chuparse los dedos tras comerse un donut. Los clásicos de azúcar son sensacionales pero, los que tienen una capa de chocolate cubriendo una de las partes se merecen una merienda o un desayuno.

En algunos casos, los donuts fueron el camino hacia la perdición. Homer Simpson fue el ejemplo más destacable. Fue capaz de vender su alma por un donut, acabando en el infierno.




En los últimos tiempos, diversos centros comerciales en Madrid ofrecían promociones de descuento en las cajas de donuts, una vez concluida la compra.  Pero, a veces, los donuts está a la vez cerca y lejos. Cerca porque están a la vista, se pueden coger con sólo extender un brazo en la panadería.

Pero, en otras ocasiones, están muy lejos, especialmente cuando el médico te dice que tienes alta la glucosa, el colesterol y los triglicéridos. En ese momento, el donut se convierte en una tentación difícil de resistir. Si Homer vendió su alma por uno...


Ps: Fue muy popular también aquella de los donuts, en la que los clientes pedían en la cafetería, "uno sólo", y ponía uno, "uno doble", y ponían dos, "un cortado", y ponían medio donut...


1 comentario:

  1. ¡Qué ricos! Ya compré una caja de las "recuperadas" y es que saben diferentes... como los de antes. Lo dices bien: ¡Para chuparse los dedos!!! ¡Hasta que el colesterol aguante!!!!!

    ResponderEliminar