sábado, 22 de agosto de 2020

Las viejas canciones gallegas que acuden al rescate

Hace muchos años, estuve en un seminario en Corea del Sur en el que traté con periodistas y profesionales de distintos países de Asia, Europa y América. Durante una velada en los primeros días, y como muestra para dar a conocer nuestros respectivos países, nos pidieron que cantáramos una canción de nuestro país. 

Nunca he sido artista, ni siquiera de karaoke, como mucho los cánticos en las noches del Vicente Calderón. Me quedé en blanco. "¿Y ahora qué canto?", me dije.

Finalmente, y mientras el resto cantaba las canciones de sus países (algunas auténticas óperas), Siniestro Total acudió en mi rescate. Y canté una de sus viejas melodías. Casi entera. No diré cual. Secreto de Estado. Solo diré que los compañeros de México y Brasil, que lógicamente entendían la letra, se tiraron por los suelos de la risa. 

Ahora, años después, las viejas canciones han quedado guardadas en antiguas casettes, discos de vinilo y algún CD, y como los coches modernos no llevan, es casi imposible escucharlas. Hice una excepción y grabé en un pincho USB el disco Trabajar para el enemigo, entre otros. 

Se me olvidó su existencia con el paso del tiempo, hasta que, hace algunos meses, durante un viaje, puse ese pincho de música en el coche que acababa de comprar. Pasaron canciones de otros grupos y cantantes como The Corrs o Van Morrison y, de pronto, empezaron a sonar. Primeros acordes de guitarra eléctrica, cuando mi hijo de ocho años, sentado detrás, casi fuera de mi ángulo visual, preguntó, "¿quiénes son papá?

Una chispa se encendió en mi cerebro y, de forma fulgurante, apagué la radio. ¿Por qué? Pues porque son para mayores, no de 18 años, de 50 años. Muchas de estas canciones son para escucharlas en solitario, más que nada, para que otros vean que no estamos locos y que respetamos la ley.

Bueno, también hubo un momento para el arte. Los genios gallegos hicieron una versión de la canción O Tren, interpretada años atrás por Andrés Do Barro. Una canción que escucho casi siempre que voy a Galicia.


"O tren que me leva pola veira do Miño

Me leva, me leva polo meu camiño

E vai andando pasiño a pasiño 

E vaime levando cara ao meu destiño

Alguén pode ser que me espere na estación 

Da terra da felicidad 

Todo o que sexa amor e paz o encontrarei

E volverei ca miña moza meu lar..."



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