Menos mal que ha ganado Fernando Alonso en el gran premio de Fórmula 1 celebrado esta mañana en Corea del Sur. Durante mi estancia en el país asiático en septiembre pasado, comenté en varias ocasiones a mis compañeros surcoreanos y de otros países que Alonso era el favorito para ganar, que iba a ganar, que era el mejor... las típicas 'vaciladas' de conversaciones deportivas. Pues insisto, menos mal que ha ganado; sinceramente me ha dejado bien. No he recibido ningún correo electrónico todavía pero seguro que recibo alguna felicitación procedente de Corea, y todo gracias al trabajo de Fernando Alonso.
Además, creo que me he vuelto un poco coreano. De verdad que esta mañana, cuando escuchaba en la televisión las críticas a la organización coreana por los problemas del circuito, cuyas obras acaban de terminar, me he enfadado bastante. Si ahora van a tener la culpa los coreanos de que haya llovido allí. Los responsables de la Fórmula 1 ya saben, o deberían saber, que en Corea llueve a menudo y que es un país de tifones. Pero nada, criticando la pista, a la grúa por salir a retirar los coches, a las carreteras de acceso... pobres coreanos, encima que han animado a Fernando Alonso.
No entiendo cómo se puede criticar a Corea por utilizar formas tercermundistas o de países subdesarrollados, ¿sabrán los críticos que Corea del Sur es uno de los países más tecnológicamente avanzados del mundo?
Ps: Que conste que tanto la selección española como mi querido Atlético de Madrid me han dejando muy bien este verano ante surcoreanos y ciudadanos de otros países; vamos, que he presumido 'lo justo' de que hemos sido campeones del mundo con nuestra selección y supercampeones de Europa con el glorioso equipo colchonero. Así es más fácil viajar y hablar de fútbol, porque no sólo se habla de fútbol en España.
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