domingo, 10 de octubre de 2010

Los discípulos de Carlos y Fernando reinan en los parkings públicos


Carlos Sainz y Fernando Alonso han demostrado en los últimos años ser unos fenomenales pilotos en las categorías de Rallies y Fórmula Uno, respectivamente. En España, sus exitosas trayectorias han contribuido a ampliar la afición por estos deportes del motor. ¿Quienes no han disfrutado de las victorias de estos sensacionales pilotos? Casi todos hemos vibrado con estos espectáculos.

Pero estos pilotos tienen ahora muchos discípulos y aprendices, que van camino de convertirse en estrellas. Claro que estos aplicados seguidores no corren siempre en los circuitos especializados, muchas veces muestran sus habilidades en circuitos tan apropiados como los parkings de los centros comerciales. Ayer, fui testigo de cómo algunos de estos pilotos mostraban su agresiva y eficaz conducción en uno de estos parkings públicos (de un gran centro comercial) que hay cerca de mi casa.

No recuerdo ahora si la velocidad máxima en estos parkings es de 20 kilómetros por hora. No pasa nada, estos pilotos, porque eran varios, no tienen problemas técnicos para mejorar su conducción. ¡Qué adelantamiento me hizo un conductor por la izquierda para arrebatarme una plaza de aparcamiento! De verdad, técnicamente lo hizo muy bien entre los peatones, sus carros mi coche y el que estaba saliendo de la plaza. Le reconozco su mérito.

Posteriormente, y en un ceda el paso, cuando me disponía salir, apareció de la nada otro vehículo, casi no me da tiempo a ver su llegada. Me obligó a parar casi súbitamente porque surgió en un visto y no visto. Supongo que fue así gracias a su gran destreza para tomar una curva en un recinto cerrado como ese; sólo así lo saben hacer los grandes campeones.

A su vez, hay quienes son capaces de pegarse con su coche a la parte posterior del vehículo que les precede. Muy bien, así se presiona a los rivales para, al coger su aspiración, adelantarles.

Esta presión se traslada, en otros momentos, al momento en que hay que aparcar. Ayer, por ejemplo, vi que un señor estaba colocando en el maletero de su coche las mercancías que había comprado en el centro comercial. Iba a salir, pero todavía iba a tardar unos minutos. Me situé por delante con el intermitente encendido. Sin embargo, mientras seguía con el proceso de carga, otro conductor se situó junto al coche que iba a salir. Le hice señas, pero no pareció hacer caso. Era una cuestión de sangre fría, a ver quien aguanta más y mejor, él o yo. Finalmente, el señor que estaba colocando las cosas le dijo a este piloto que yo estaba esperando. Menos mal que el arbitraje de este señor, que podría trabajar en un comité de justicia deportiva, intervino. Si no, tendríamos que habernos jugado la plaza en un sprint. Me habría ganado.

Otros conductores son muy hábiles. Son capaces de dar marcha atrás durante unos cuantos metros, incluso tomar una curva marcha atrás, para recuperar una plaza de aparcamiento antes de que aparezca otro conductor y se la arrebate. Si viene otro coche y no le ve, no pasa nada, hay que arriesgarse. Para ganar el campeonato del mundo hay que rebañar todos los puntos posibles.

En algunos momentos, probablemente los sábados más próximos a los comienzos de mes, se pueden ver maravillosos espectáculos de motor en los sitios más insospechados. Los parkings de los centros comerciales son uno de ellos. Pienso que las cadenas de televisión deberían pugnar por los derechos televisivos para la retransmisión de estas carreras. Y es que no sólo Carlos y Fernando son grandes pilotos.

1 comentario:

  1. Eso se puede trasladar a los que emulan a Usain Bolt a la caza de un asiento en los vagones de metro de Madrid, autobuses o la renfe. Te meten el codo, te ponen la zancadilla y exprintan al final, como el mejor de los atletas.

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