martes, 1 de marzo de 2011

30 años del secuestro de Quini, ¡parece mentira!

He leído algunas de las efemérides de hoy en la prensa y me ha llamado la atención un aniversario: el secuestro de Quini, histórico jugador del Sporting de Gijón y del Barça. Han pasado 30 años, ¡parece mentira1. Recuerdo bien el rapto del futbolista porque aquella temporada el Barça y nuestro glorioso Atlético de Madrid se estaban jugando la liga.

Y, en plena rivalidad entre ambos equipos, se produjo el secuestro. Unos días que coincidieron, precisamente, con el decisivo partido que jugaron en el Vicente Calderón el Atleti y el Barça, y que abrió un debate sobre si debía jugar o si sobre la ausencia del gran delantero asturiano podría tener una influencia decisiva en el encuentro y en la propia liga. En el colegio algún niño llegó a decir que Quini había secuestrado por algunos aficionados del Atleti. Por rebajar las críticas hacia estos niños, recordaré sólo que yo no había cumplido todavía los diez años.

El equipo colchonero iba líder y era favorito, y así se cumplieron los pronósticos. Ganamos uno a cero en el estadio del Manzanares con un gol ¿de Sierra? No tengo muy claro el nombre. Teníamos un gran equipo, dirigido por José Luis García Traid, con jugadores como Dirceu, Rubén Cano, Quique Ramos, Julio Alberto y Marcos... pero según recuerdo, por haberlo leído en la prensa deportiva de entonces, fue un partido raro porque la sombra de Quini, ausente, planeó sobre el césped. Como planeó por toda la competición.

Al final Quini fue liberado sano y salvo. Y el Atleti, pese a haber cosechado titulares en la prensa como "Casi campeones" en el día posterior al partido con el Barça, no fue campeón. El equipo se debilitó poco a poco hasta que un árbitro llamado Álvarez Margüenda le dio la puntilla en un partido en casa contra el Zaragoza en uno de los arbitrajes más bochornosos que en visto en la vida. La liga la llegó a celebrar unos instantes el Madrid en Valladolid pero finalmente fue a San Sebastián.

Ahora, 30 años después, lo mejor fue que a Quini no le pasara nada.

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