Sigo con mi análisis de la teletienda, y su impacto en la
mejora del consumo. Y es que, pese a la crisis económica, se puede tener una figura
envidiable. Acabo de ver en la televisión un anuncio de Slim & Lift Aire,
para ser claros, una faja. Lo mejor de esta publicidad televisiva es que
primero salen unas señoras, entradas en carnes, que a duras penas pueden
abrocharse el pantalón o ponerse un vestido. Y sufren enormemente por no poder
vestir la ropa deseada.
Pero después, y como por arte de magia, las protagonistas
del anuncio se convierten en unas bellas sílfides nada más ponerse la faja.
Claro, yo diría que las actrices del anuncio cambian porque después aparecen unas
modelos que, para nada, necesitan una faja, porque no tienen ningún michelín ni
flotador que esconder. Para no irnos por las ramas, salen unas tías más que
buenas, algunas tipo Playboy, mostrando lo bien que puede llegar a quedar la faja.
En cualquier caso, los promotores del Slim & Lift Aire
defienden la eficacia de la faja para tener una gran imagen. Por un lado, apuestan
por competir con Naturhouse, Adelgar y otros rivales que defienden la apuesta
por el adelgazamiento, y por otro destacan que con la faja ya no hace falta ni
hacer dieta ni practicar ejercicio físico.
Además, los impulsores del Slim & Lift Aire quieren dejar claro que conocen bien el momento económico tan duro que se está viviendo. Así, por un precio de 59 euros no se vende una faja, sino dos, la segunda de color negro. Al mismo tiempo se regala una combinación. Es decir, tres por uno.
Ufff... El color me pierde. Yo estoy enganchada a la teletienda de Intereconomía. Too much. paz
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