domingo, 6 de junio de 2010

Las primas del Mundial y los bonos del Reino de España

Cada vez hay más voces en distintos países que piden a las federaciones de fútbol cuyas selecciones van a participar en el Campeonato Mundial que empieza esta semana en Sudáfrica que rebajen las primas para los futbolistas. Por lo menos ya lo he oído en España, Francia e Italia. La justificación que esgrimen es que, como todos los ciudadanos se están apretando el cinturón, los deportistas de elite también deberían hacer lo mismo.

En esta serie de peticiones, hay quien dice también que los futbolistas deberían devolver el dinero. Verdaderamente, si los deportistas optaran por esta vía, pasarían a convertirse en un ejemplo social o en unos héroes nacionales, más incluso que si ganaran el ansiado Mundial, algo que nunca ha logrado España, que su mejor clasificación fue un cuarto puesto en 1950 gracias a Telmo Zarra y su gol a al inglés Williams.

Es cierto que las cosas están muy mal y, al fin y al cabo, los futbolistas son profesionales y no pueden trabajar gratis, aunque seguro que al menos 20 millones de ciudadanos jugaríamos gratis e incluso pagaríamos por jugar. Nos dejaríamos el alma. Pero es verdad, son profesionales y tienen que cobrar.

Se me ocurre una opción intermedia. ¿Y si los futbolistas se comprometiesen a invertir los premios obtenidos en este torneo en deuda del estado? Con lo mal que están las cosas y las penalizaciones a las que nos están sumiendo los mercados financieros en las últimas semanas, seguro que esta inversión, hecha por futbolistas conocidos en todo el mundo y convenientemente dada a conocer, ayudaría a recuperar la confianza en el Reino de España. Imaginad el anuncio televisivo, “Invierta en bonos y obligaciones del estado como han hecho Xavi, Cesc, Fernando Torres y David Villa (entre otros)”. Al día siguiente, seguro que contribuían a rebajar el diferencial entre el bono español y el bono alemán y, al mismo tiempo, bajaba el riesgo-país para España.

Además, la inyección para las arcas del tesoro tampoco estaría mal. He leído que, en caso de vencer en el campeonato, cada jugador español se embolsaría 600.000 euros por barba, mejor dicho, por cabeza, porque barba, lo que se dice barba, creo que sólo lleva Íker Casillas. Si se multiplica 600.000 euros por 23 futbolistas daría una posible inversión en deuda española de 13,8 millones de euros y eso sin contar con las aportaciones de los miembros del cuerpo técnico. Un brote verde para la recuperación y una ayuda para la refinanciación de la deuda viva.

Y a eso se añadiría la onda de optimismo generada entre los ciudadanos españoles por la victoria que se traduciría en una mejora del consumo. Sobre todo en la hostelería el día de la final.

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