Caminaba hoy a mediodía por la calle cuando me crucé con una familia. Un matrimonio con un niño y una niña que montaban en bicicleta. En esto que el hombre empieza a hablar y lo primero que dice, delante de todos, es “putos pájaros, me los cargaba a todos”. Y la mujer le contesta, “¿cómo? ¿De un tiro?”. Y el marido contesta, “no, los envenenaba a todos”.
Me quedé de piedra. Sinceramente, la acera y algunos coches, supongo que el suyo, estaban manchados con las típicas cagadas de pájaro o de paloma (verdaderamente unas palomas con un poco de diarrea). Son molestas pero, de ahí a cargarse a todos los “putos” pájaros. Y delante de los niños.
Ya hace años en China buscaron políticas agrícolas en las que decidieron eliminar a los pájaros porque se comían parte de las cosechas. Lo hicieron bien, porque no dejaron vivo un pajarito en determinadas zonas. Claro, nadie tuvo en cuenta que los pájaros se comían los insectos, quienes, en temporadas posteriores, sin la amenaza de las aves, hicieron polvo las cosechas.
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