jueves, 4 de noviembre de 2010

El Asterix hispano-luso

Durante estos días, entre unos canales de televisión y otros, he visto parte de algunos de los capítulos de la serie Hispania, en la que se relatan las aventuras y desventuras del legendario Viriato. Y al ver este culebrón ambientado hace 2.000 años, ¡les estoy cogiendo una manía a los romanos! Con la buena estima que les tenía antes.

Con las maldades que se relatan en esta serie de televisión, la próxima vez que vaya de visita a Segovia, voy a promover una protesta ciudadana contra el Acueducto. Que lo quiten, que además de estropear las vistas, fue construido por unos señores que se dedicaron a oprimir al pueblo. ¿Y en Mérida? Que quiten el teatro. ¿Y en Itálica? Que la dejen en ruinas, como hasta ahora. ¿Y las calzadas romanas que se conservan en la Sierra de Guadarrama? Son incomodísimas para andar.

Bueno, del arco romano de Cabanes, ya hemos dado buena cuenta con Marina D'Or, ciudad de vacaciones. Y lo mismo sucede con el teatro romano de Sagunto, que lo modernizaron hace algunos años para alejar parte de las huellas de los opresores antecesores de los italianos.

Tras ver la serie Hispania, y ante la invasión romana, que dejó unos horribles monumentos y obras públicas a lo largo y ancho de la Península Ibérica, creo habría que pedir una indemnización a la república italiana.

¡Viva Viriato! El Asterix hispano-luso.

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