jueves, 8 de diciembre de 2011

Análisis de la lotería de Navidad (I)

He visto en el telediario que hoy ha habido gente esperando más de cinco horas para comprar billetes de lotería (para el sorteo de Navidad) en una de las administraciones más tradicionales del centro de Madrid. No es algo nuevo para mí. Durante años estuve trabajando, primero cerca de la Plaza Mayor y después en Gran Vía, y fui testigo de las largas colas que se formaban en esta época con personas que eran capaces de esperar horas y horas para comprar los billetes de lotería en estas dependencias.

¡Qué ganas! Estar todo un día esperando, muchas veces coincidiendo con jornadas festivas, para comprar la lotería. Más en invierno con un frío terrorífico, que es el clima habitual de Madrid en estas fechas. Al final te acaba tocando un trancazo.

Yo estaría esperando no un día, una semana, si estuviese seguro de que me fuese a tocar la lotería, pero es lotería, y son unos premios que tocan a muy pocos. Pero no toca. Es obvio que la lotería suele tocar con cierta frecuencia en administraciones como Doña Manolita o la Bruja de Sort, pero es que venden miles y miles de billetes. Claro, a alguien le tiene que tocar.

Pues nada, anda que no es supersticiosa o animada la gente para estar esperando horas y horas, y todos los años igual. Por lo menos, en esta época de crisis, contribuyen a mantener la fortaleza del sector de las loterías, que en este caso todavía pertenece al Estado.

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