martes, 22 de febrero de 2011

Un 23-F nadando en el Canoe y que acabó con una mala nota por culpa de Tejero


Estos días, la mayoría de periódicos ha incluido especiales sobre el ya lejano 23-F, el fallido intento de golpe de estado que vivió España hace ahora 30 años. En estas páginas especiales se han incluido espacios en los que personajes famosos y no famosos contaban dónde estaban o qué hacía ellos ese 23 de febrero de 1981.

Yo, mientras el teniente coronel Antonio Tejero entraba en el Congreso de los Diputados, estaba nadando en la piscina del Canoe Natación Club. Sí, estaba nadando. Recorriendo largo a largo la piscina grande del citado club deportivo, conocida como el globo, porque estaba cubierta con una de esas lonas grandes gigantes que se sostienen con aire caliente.

Cuando uno está en buena forma, y yo con mis casi diez años lo estaba, es un placer nadas y nadar. Recuerdo muy bien aquellas tardes en el Canoe nadando en la piscina de 50 metros, haciendo largos, ahora a crawl, ahora a braza, ahora a espalda… a mariposa lo intentaba, pero la envergadura que tenía en aquellos tiempos no me permitía levantar el agua suficiente como para dar más de dos brazadas. Claro, hacer 50 metros a mariposa era una utopía. Aunque ahora, reconozco que también.

Estoy seguro de que estaba nadando en pleno 23-F porque, un rato después, al salir ya del vestuario percibí una situación un poco extraña. Había cierto alboroto porque había más madres de lo habitual esperando a sus hijos. Y escuché a una madre decir a otra algo así como “han entrado en las Cortes… han empujado a Gutiérrez Mellado y a Suárez”. Desde luego, ni sabía quien había entrado en el Congreso y, aunque lo hubiera sabido, con nueve años, en aquel momento, tampoco me habría dado cuenta de la gravedad.

De todas maneras, me fui a casa, como todos los días. Al llegar, sin mostrar ningún tipo de alarma, porque no era consciente, le dije a mi madre que había oído en el Canoe a algunas madres decir que algo había sucedido en el Congreso. Seguro que no lo pude explicar muy bien. En cualquier caso, mi madre no se había enterado. Al escucharme, eso sí, encendió la radio y ya pudo empezar a enterarse de lo que había pasado.

Después de contar estos detalles sin detalle, supongo que merendaría, porque siempre que venía del Canoe, venía con hambre. Y posteriormente, me puse a hacer los deberes. Aún así, tengo que reconocer que no los hice todos. Y es que, cuando llegó mi padre, ya me di cuenta de que la situación no era normal. Claro, aproveché para jugar un poco, bueno jugué bastante porque, además, mis padres esa tarde no me insistieron en que hiciera los deberes. Me imagino que estaban más pendientes de lo que había que estar pendiente. Aunque, ante mí no mostraron ningún tipo de nervios o alteración, si bien supongo que, interiormente, estarían preocupados por lo que podría pasar.

Como la situación era anómala, tampoco me fui a la cama a la hora habitual. Me fui más tarde, después del discurso del Rey. Aquí mi padre sí me dijo, “ya ha hablado el Rey, nos podemos ir a la cama”; y mi hermano y yo nos fuimos a dormir. Pero qué suerte, nos acostamos mucho más tarde. Pero claro, no había hecho los deberes. 

Al día siguiente, recuerdo que había menos niños en clase, quizá porque la tranquilidad aún no era plena. Pero claro, el hecho de que no fueran todos los compañeros al colegio implicó que hubiera más posibilidades de que el profesor, en aquel caso Don Melquiades, me preguntara por los deberes. Me preguntó, como no podía ser de otra manera. No recuerdo cómo era la valoración negativa que se nos aplicaba en cuarto de EGB, pero el 23-F no me libró de esa mala nota, y yo por entonces (y como siempre) sacaba unas notas cuanto menos respetables. Vaya, y todo por culpa de Tejero, Armada, Milans del Bosch y compañía.
 

1 comentario:

  1. A mi me pilló jugando al baloncesto en el colegio al lado del Canoe...luego me fui al parque de la Campana cerca de allí donde habíamos quedado con unas chicas del Colegio de la Pureza -primeros escarceos-y vi corretar a gente al grito de: Un golpe de Estado, es un golpe de Estado...cuando llegué a casa mi madre me dijo que de dónde venía, yo le dije vagamente que de algún sitio. Ella sería dijo: Pues es que hay Estado de Sitio en España.

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