miércoles, 28 de abril de 2010

Londres es de diseño, más que Barcelona

Esta tarde he volado hasta Londres. Siempre es atractivo volver a la capital británica, donde vine por primera vez hace ya 20 años. Entonces me pareció una auténtica ciudad, una metrópoli verdadera. Ahora con el paso del tiempo, y tras venir muchas veces, ya me he acostumbrado a ver los sitios clásicos: el Parlamento con el Big Ben, Buckingham Palace, Trafalgar Square, el Puente de la Torre...

Pero sólo los edificios y lugares más tradicionales, porque los demás cambian a gran velocidad y no hay manera de acostumbrarse. Y es que Londres se ha convertido en el alma del diseño en dura competencia con otra ciudades como Barcelona. Colorines por todos los lados (hasta en la parte superior del Big Ben han puesto unas lucecitas de color verde), luces tenues en calles, hoteles y restaurantes (con lo que me gusta a mí ver bien un filete cuando me lo estoy comiendo), grandes edificios de cristales como el hotel Park Plaza Westminster (donde me encuentro), la noria del Millenium que ya se ha quedado en el río Támesis a pesar de que ha pasado una década desde que empezó el nuevo milenio (si en Madrid ponen una noria en el centro de la ciudad, se comen a alguien... no digo a quién)...

Me planteo una cuestión, ¿es modernidad u horterada? Es moderno e innovador, por supuesto.

A pesar de todo, nunca me cansaré de venir a Londres.

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