lunes, 5 de abril de 2010

El aire vale un euro

Está claro que mirar la presión de las ruedas es una de las grandes obligaciones que tienen los conductores antes de iniciar un viaje en coche. La Dirección General de Tráfico siempre recuerda que hay cumplimentar esta tarea. Y yo la cumplo.

Pues bien, el pasado jueves, antes de salir de viaje, llegué a la gasolinera con el único objetivo de mirar la presión de los neumáticos de mi coche. Todo bien y todo normal hasta que, en el momento en el que cogí el cable para proceder al hinchado, me di cuenta que la nueva máquina era muy moderna y digital pero que costaba un euro. Sí, 166 pesetas.

Lo primero que hice fueron cálculos. Diez millones de desplazamientos en esta Semana Santa a un euro por cada comprobación de neumáticos suponen diez millones de euros. Si se hacen dos revisiones, una a la ida y otra a la vuelta, la suma se duplica hasta los 20 millones de euros.

Pero además, la máquina tenía sus complejidades. Pagabas un euro y tenías derecho a utilizarla cinco minutos, pero justos. No regalaban ni un segundo para hacer una segunda comprobación. Si no te daba tiempo, pues nada, a introducir otro eurete.

Claro, no es fácil. Si va un sólo conductor, debe echar la moneda y en el momento que empiezan a descontarse los segundos, hay que coger con rapidez la manguerita de goma por donde sale aire. Antes de introducirla en la válvula de la rueda, hay que retirar los taponcitos (si se tienen porque nadie los haya robado), movimiento en el que se tardan unos segunditos. Se introduce la manguera en la válvula pero al no tener a mano el manómetro de los recargadores clásicos, hay que levantarse y acudir al marcador digital de la máquina para comprobar si la presión es la indicada por el fabricante del coche. Si no es así, hay que pulsar el botón hasta que la medida sea la justa. Al ser digital no se puede ver con exactitud en qué ritmo está entrando el aire en la rueda y hay más problemas para lograr la exactitud (te puedes quedar corto o pasarte).

Una vez conseguido, hay que volver corriendo a la rueda, quitar la manguerita de la válvula, poner el taponcito para que no se pierda aire, e ir corriendo al otro neumático. Al llegar, hay que repetir el proceso. Desenroscar el taponcito, meter bien la manguerita en la válvula, ir a la máquina, comprobar que esté bien; si no es así hay que dar al botón del introducción de aire y ajustar, al lograrlo volver a la rueda, quitar la manguerita, poner taponcito.... y así hasta las cuatro ruedas del coche. Porque hay que revisar todas.

¡Es un estrés! ¡Un auténtico estrés! Por supuesto, de comprobar la rueda de repuesto nos olvidamos totalmente. Habría que abrir el maletero, levantar la tapa, buscar el válvula.... Con cinco minutos, es imposible, ni de casualidad ni siendo el conductor manitas más avezado del parque automovilístico. Para hacerlo, y tener tiempo suficiente, habría que echar al menos dos euros más. Al final, tres euros, o sea, quinientas pesetitas.

Un par de horas más tarde, al llegar a la provincia de Soria, paramos en una estación de servicio para estirar las piernas. Y en la gasolinera había una máquina de aire, pero de las antiguas. No habría podido revisar allí la presión de los neumáticos porque después de cerca de 150 kilómetros estaban calientes y la presión marcada por el manómetro no no hubiera sido la exacta. Lástima.

Pero desde aquí voy a hacer un llamamiento: sorianos, aprovechad y mirad la presión de las ruedas de vuestros coches, que vienen las petroleras a cobrar por el aire. Por ahora un euro, pero como la subida del IVA tenga alguna influencia...

“Conductor, antes de cada viaje compruebe la presión de los neumáticos, es un consejo de la DGT y... tenga suelto”.

1 comentario:

  1. Alguna ventaja tenía que tener vivir en Castilla y León... que en tantos otros temas somos ciudadanos de segunda.

    ResponderEliminar