sábado, 25 de julio de 2009

Buenos días, buenas tardes. Adiós al Pirineo

Hoy hemos dicho adiós a los Pirineos. Una verdadera lástima. No sé que destacar en este balance final, aunque debo decir que no será el último texto en el que haga alusión a estos 11 días de vacaciones.

El Pirineo tiene bonitos paísajes, permite comer muy bien e invita claramente a lanzarse a hacer deporte. Pero, además, muestra nítidamente la camaredería de la montaña. Un espíritu que se podría resumir en el "hola", "buenos días" o "buenas tardes" que todos los caminantes se dicen cuando se cruzan en cualquier punto del monte. Estas palabras vienen a demostrar que en la montaña no estamos sólos.

Sería difícil mantener la misma actitud en la ciudad. No podríamos ir saludando a todos porque no llegaríamos nunca a nuestro destino. Es más, acabaríamos hasta el gorro de decir hola, buenos días o hasta luego. Aunque también es cierto que este espíritu de la montaña sí podría aplicarse, al menos, en el portal o en el ascensor. Sobre todo porque en la mayor parte de las ocasiones ¡nos conocemos, coño! aunque sea sólo de vista.

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