miércoles, 8 de julio de 2009

Fórmula 1 en el centro de Madrid

Ya puedo entender perfectamente las emociones que sienten Fernando Alonso o Carlos Sainz. En este caso, comprendería mejor a Luis Moya, histórico copiloto de Sainz en el Mundial de Rallies.

¡Que carrera he vivido esta tarde-noche por las calles de Madrid! ¡Que gran conductor de rallies era el taxista! Aunque, estoy seguro de que también podría correr en una escudería de Fórmula 1. Por ejemplo, ahora que Alonso parece que se va a ir a Ferrari, queda una plaza libre para Renault. Aunque también está la nueva escudería española de Adrián Campos y Carabante.

De verdad, que conductor, que piloto. Como subía por la calla de Alcalá y que curva ha tomado en Velázquez. A partir de allí, sorteaba los coches de derecha a izquierda sin parar. ¡Zas!, cambio de carril a la derecha. ¡Ras!, cambio de carril a la izquierda. Caminaba por el carril más pegado a la izquierda y, de pronto se encontraba con un coche aparcado. No pasa nada. Cambio radical de dos carriles hacia la derecha y problema resuelto. Y todo a una velocidad de entre 80 y 90 kilómetros por hora por una calle llena de vehículos. Después curva a la derecha y luego a la izquierda para tomar Príncipe de Vergara. Desde allí, que recta se ha marcado hasta la plaza de la República Dominicana. ¡Como me subía la adrenalina!

No he sentido miedo en ningún momento del recorrido. Que seguridad. Que finura y, al mismo tiempo, solidez en el pilotaje. Que aplomo. Médicos cardiólogos, con conductores así va a bajar el número de afectados por problemas coronarios.

Y por supuesto, Ayuntamiento y Dirección General de Tráfico, que ejemplo de circulación cívica. En ningún momento ha pitado ni ha dado las luces largas a otros coches que iban por delante. Si por mí fuera, no le daba los dos puntos que la Administración ha decidido dar a todos los conductores que no han cometido ninguna infracción desde que se puso en marcha el plan. Yo le daba cuatro puntos, el doble. Bueno no, seis, el triple, que se lo merece.

Es cierto que nuestro querido taxista todavía tendría que mejorar ciertos aspectos técnicos como por ejemplo cuando no entra una marcha y la caja de cambios rasca bruscamente. No sé cuanto cuesta una caja de cambios pero no creo que sea barato. Si bien, mirándolo de otra manera, si se carga la caja de cambios en el Mundial de Rallies o en un gran premio de Fórmula 1, no sucederá nada porque hay un amplio equipo de ingenieros dispuesto a arreglar las averías.

Jefes de escudería, escuchadme, este conductor es una fiera. Hay que darle una oportunidad.

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