miércoles, 29 de julio de 2009

El ataque de las moscas cocodrilo

Pobres Hombres G, siempre tenían detrás a las chicas cocodrilo dispuestas a morder un brazo o un pierna. Pobre de mí, he sufrido el ataque de las moscas cocodrilo o mosquitos cocodrilo.

Que terrible es el estar en la cama por la noche y percibir que una mosca o mosquito sobrevuela. Cuando todavía no estás dormido y eres consciente de la amenaza puedes arroparte, taparte las piernas e, incluso, taparte la cara con la sábana. Oyes el zumbido y casi de manera automática te cubres. Resistes pero, al final, el calor te vence y no tienes más remedio que destaparte para no derretirte.

En este sentido, el gran problema viene cuando has caído profundamente dormido y la amenaza de los insectos surge por sorpresa. Me imagino a los mosquitos trompeteros, que son los más peligrosos, atacando nuestra piel de la misma manera que los stukas alemanes bombardeaban en picado en sus ofensivas de guerra relámpago o Blitzkrieg. O como los Mitsubishi Zero cuando atacaron a la flota estadounidense en Pearl Harbour.

Ping, pang, pung. Pero no nos damos cuenta. Esta mañana me he levantado con picores en todas las piernas. Granitos en el muslo, los gemelos, los tobillos... Aunque hoy puedo considerarme afortunado. Sólo tendré que rascarme las piernas. Porque no es la primera vez que me he levantado por la mañana, me he mirado al espejo y me he encontrado a un monstruo. Granos en la frente, en la nariz, junto a la boca. Raiddddddd!!!!

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