miércoles, 22 de julio de 2009

Los borregos del Tour

No cabe duda de que el Tour de Francia levanta pasiones. No hay más que ver los miles de personas que se agolpan en los arcenes de las carreteras por las que pasa la serpiente multicolor. Además, muchos de ellos acuden a ver la carrera en su propia bicicleta lo que implica un gran esfuerzo personal cuando se trata de ir a ver una etapa cuando esta transcurre por una zona montañosa.

Junto a estos miles de aficionados, o dentro de este gigantesco colectivo, figuran varias docenas de supporters que son auténticos BORREGOS. Me refiero a estos hinchas que corren a gran velocidad junto a los ciclistas, cuando estos últimos tratan de llegar a la cima de un puerto. A veces corren sin camiseta, otras veces llevan una gigantesca bandera (omito la nacionalidad porque puede ser cualquiera) e incluso, en ocasiones, van disfrazados con las vestimentas más extravagantes posibles.

¿Por qué corren junto a los ciclistas, cuando muchas veces suponen un riesgo para los deportistas? Quizá porque les da rabia que la carrera pase tan rápidamente y sólo vean a sus héroes unos segundos (o décimas). También es posible que derrochen pasión por Contador, Sastre o Armstrong.

Me pregunto que sucedería con estos aficionados en otros deportes. Imaginad que Cristiano Ronaldo o Diego Forlán fuesen a tirar un penalty y en ese momento apareciesen cuatro o cinco ultras y se pusiesen junto al balón a chillar como descosidos. O que Pau Gasol fuera a lanzar un tiro libre y Jack Nicholson, por decir alguien, se situase detrás y empezase a gritar. “¡Vamos Pau, tira, a por ellos; venga coño!”. Y si un aficionado saltase junto a Rafa Nadal cuando éste se dispusiese a sacar en un tie break decisivo en Wimbledon. Peor sería en el caso de Fernando Alonso, si en una curva en el Gran Premio de Montecarlo se encontrase con cuatro borregos subidos a un Cuatro Latas animándole.

En este caso, que mala suerte tiene Contador.

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