domingo, 19 de julio de 2009

Un agua demasiado fría para nadar

Nuevo día de excursión en los Pirineos. Hoy hemos ido al Coll de Toro, situado al norte del macizo del Aneto y que sirve de entrada al Valle de Arán. En la confluencia de ambas zonas hay un bonito ibón. No es Ivonne Reyes, pero también es una maravilla de la naturaleza. Para los que no lo sepáis, un ibón es un lago natural de origen glaciar, muy típico de los Pirineos.

La verdad es que hoy ha sido un día bastante caluroso y después de dos horas de caminata al sol, el agua cristalina del ibón invitaba a zambullirse y nadar. Pero, ha sido rozar el agua con las yemas de mis dedos (de las manos) y he cambiado de opinión. No estaba muy caliente que digamos, más bien un poquito fría.

¿He sido un cobarde? Quizá. Hace algunos años, en una situación similar, me bañé en otro ibón, exactamente el Estanés, situado cerca de Astún y Candanchú. Eran otros tiempos. Era más joven. Recuerdo que en aquella ocasión hasta nadé.

Hoy ha sido distinto. Me he quedado en la orilla. No obstante, y como contrapartida positiva, ninguna de las personas que estaban junto al ibón ha podido pensar algo así como “donde va ese loco” o “ese tío está zumbado”. Algo es algo.

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