Los shuttles que la compañía Halcón Viajes pone a disposición de los clientes que los contratan son un desastre. A lo mejor exagero un poco pero ayer, en nuestro viaje de vuelta de París nos recogieron del hotel en el entorno de las cuatro y media de la tarde. En teoría íbamos con tiempo porque el vuelo iba a salir a las 20:25 del aeropuerto Orly. Hasta allí ningún problema.
Sin embargo, el autobús empezó a recoger a otros pasajeros en distintos hoteles de la ciudad. De aquí para allá, de norte a sur, de este a oeste. El caso es que el tiempo fue pasando. Al entrar en el Périphérique (una especie M-30 parisina), el autobús se encontró con un atasco. Pasaban los minutos y no avanzaba. El conductor optó por otra vía y nos dió una vueltecita por los alrededores de París. Ahora hacia el este, porque teníamos el sol a la espalda, ora hacia el oeste, porque el sol estaba de frente. Muy entretenido el paseo por las múltiples autovías que rodean a la ciudad y espectaculares las industrias alojadas junto a ellas.
Al final llegamos al aeropuerto pasadas las 19:15, es decir, estuvimos en al autobús (este shuttle especializado para desplazar a los pasajeros a mayor velocidad a los lugares escogidos) cerca de dos horas y 45 minutos. Para que alguien se haga una idea del tiempo gastado, creo que son algo más de tres horas lo que se gasta en hacer un viaje Madrid-Valencia o Madrid-Zaragoza. ¡Gracias Halcón Viajes por su gran servicio!
Al final, y pese a haber contratado este servicio para llegar con tiempo al aeropuerto, tuvimos que correr para llegar a tiempo a los mostradores donde se saca la tarjeta de embarque. Claro, fuímos de los últimos en sacar la tarjeta de embarque y nos tuvimos que sentar por separado, y ninguno con ventanilla o pasillo.
Sin embargo, y pese a estas premuras y prisas de última hora, insisto, no por culpa nuestra, el avión salió con más de una hora y media de retraso. En definitiva, un gran viaje. Ojalá en algún momento haya un AVE Madrid-París, como lo hay Madrid-Barcelona. ¡Gracias Halcón Viajes por tu gran servicio!
Ps: En los controles de seguridad de los aeropuertos, no me cansaré de decirlo, a los pasajeros se nos trata muchas veces como a auténticos perros y dependemos, pese a la existencia de los escáneres, de la discrecionalidad de los revisores. Si les viene en gana, te obligan a abrirles hasta el último compartimento de tu bolsa o bolso. A ver si ponen ya esos escáneres donde las personas salimos incluso en pelotas para que se acabe esta arbitrariedad.
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