miércoles, 21 de julio de 2010

El Café de Flore y el conejo rosa de Judith Kerr

Esta tarde nos hemos sentado en la terraza del Cafe de Flore, que está situado en el Boulevard Saint-Germain, en el Barrio Latino.Un sitio famoso por haber sido visitado durante años por escritores, autores y otros intelectuales. Entre ellos figuran Jean-Paul Sartre, Ernest Hemingway, Truman Capote, Lawrence Durrel, Picasso y Simone de Beauvoir, además de actores como Alain Delon y Brigitte Bardot. En esas circunstancias no podía quedarme sin escribir.

Y pensando en historias relacionadas de alguna manera con París he recordado un viejo libro que me mandaron leer en el colegio: "Cuando Hitler robó el conejo rosa", de Judith Kerr. Pese a este nombre tan cursi, esta obra cuenta con un gran trasfondo histórico. El libro cuenta la historia de Anna, una niña judía, hija de un intelectual alemán, que tiene que huir de Alemania junto a su familia cuando los nazis llegan al poder en el país en 1933 cuando los nazis llegan al poder.

Tras una precipitada escapada, la familia se instala primeramente en Suiza, pero allí el padre tiene problemas para que le publiquen sus opiniones, críticas con los nazis, porque las autoridades helvéticas no quieren que su país pierda el status de neutral. Tras esta etapa, Anna y su familia se instalan en Francia y, cómo no, se van a vivir a París.

No recuerdo en que parte de la capital francesa se instalan (lo miraré en el próximo día que tenga el libro en mis manos), pero sí me acuerdo bien de como los protagonistas describen la vida en la ciudad, así como de los problemas de Anna para entender el francés. Si hay un detalle del que e acuerdo bien es de la gran diversión que se genera en torno al 14 de julio, fiesta nacional francesa, instaurada en el aniversario de la toma de la bastilla en esa fecha en 1789.

En este entorno, Anna llega a considerar a París su auténtica casa. Sin embargo, al final, en su dilatado periplo,su familia (con ella) se marcha a Londres.


Ps: Esta semana estuvimos en el Museo de Armas, que está en Los inválidos. Si hay un factor predominante ese no es otro que el auténtico dolor provocado por la derrota de 1940 contra los alemanes, con la posterior ocupación del país hasta finales del verano de 1944. Anna, sin duda, tuvo suerte de haberse ido a Inglaterra, porque si no, habría podido correr la misma suerte que Anna Frank o de la familia Landau ("Exodo", de Leon Uris).

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